La caspa puede traer aparejados otros problemas como la irritación. A la hora de hablar de la caspa hay que decir que podemos clasificarla en dos tipos. La caspa seca es fruto de la descamación del cuero cabelludo y suele ser blanca y más pequeña. La grasa es más amarillenta, pegajosa y se asocia con el cuero cabelludo graso.
Causas de la caspa
Factores emocionales y estrés: si, puede influir y mucho. Aunque sus orígenes generalmente se asocian a factores genéticos o medioambientales, el estrés físico, emocional, la depresión o ansiedad pueden ser los causantes o estar detrás de su agravamiento en personas predispuestas a padecerla.
Dermatitis seborreica: es una enfermedad de la piel que se manifiesta en diferentes zonas, entre ellas, el cuero cabelludo. Se asocia a la producción de caspa grasa con picor e inflamación.
Hongos: la malassezia furfur se trata de una levadura presente de manera natural en la piel, aunque se encuentra, sobre todo, en zonas con abundantes glándulas sebáceas. Una de ellas es el cuero cabelludo. Cuando este hongo prolifera en exceso, provoca una inflamación que acaba desencadenando la caspa.
Problemas o desequilibrios hormonales: las hormonas que controlan las glándulas sebáceas tienen un papel destacado en la aparición de la caspa, pues producen ácido oleico. Esto hace que muchos durante la adolescencia, época de grandes cambios hormonales, puedan sufrirla.