Los nuevos escándalos de corrupción en el sector energético ucraniano han colocado al presidente Volodímir Zelenski en el foco de su mayor crisis política desde que llegó al poder en 2019, en momentos en que el país encara otro invierno con prolongados cortes de electricidad y pierde terreno militar en el frente oriental.
El asunto estalló tras la desarticulación de una red delictiva en la empresa estatal Energoatom, revelada por la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU) y la Fiscalía Especializada Anticorrupción (SAPO). Según la investigación, operaba un mecanismo de comisiones ilegales —conocido como “Shlyaban”— que exigía a empresas contratistas pagar entre el 10 % y el 15 % del valor de cada contrato. Las autoridades estiman que el fraude supera los 100 millones de euros o dólares, según diversas fuentes consultadas.
El caso, también referido por el medio polaco Defence24, ha tenido un fuerte impacto público porque se desarrollaba mientras Rusia intensificaba sus ataques contra la infraestructura energética. “Mientras Putin atacaba las plantas eléctricas, discutían cómo aumentar el margen del 10 al 15 %”, reprochó el diario. Para parte de la población, ya no se trata de “otro escándalo”, sino de un “veredicto moral” sobre una élite que no ha roto con viejas prácticas.
Involucrados y renuncias en el Gobierno
El escándalo ha provocado la caída de dos ministros del círculo de Zelenski. El Gobierno anunció esta semana la suspensión del actual ministro de Justicia, German Galushchenko, quien antes había ocupado la cartera de Energía. Tanto él como su sucesor presentaron renuncias a petición del presidente. A la vez, NABU realizó decenas de allanamientos, incluidos inmuebles vinculados a Galushchenko.
La investigación también alcanzó a un exsocio comercial del presidente, el empresario Timur Mindych —copropietario del estudio Kvartal 95, donde Zelenski trabajó antes de entrar en política—, señalado como presunto organizador del esquema. En una de las grabaciones reveladas en las audiencias judiciales transmitidas en vivo, Mindych sugiere tener influencia sobre el mandatario. Zelenski no ha comentado esa referencia. La agencia estatal de fronteras informó que Mindych abandonó el país legalmente y que no existía orden de detención al momento de su salida; posteriormente, el Gobierno impuso sanciones a sus bienes y cuentas.
Un país bajo presión: guerra, apagones y hartazgo social
La investigación coincide con un deterioro de las condiciones de vida. En Kyiv, la población pasa entre ocho y once horas al día sin electricidad debido a la mayor capacidad de Rusia para golpear subestaciones y plantas de generación. Los apagones afectan calefacción, ascensores y suministro de agua, y son aún más severos fuera de la capital. Las escenas de cafés con generadores diésel y cenas a la luz de velas han vuelto a la rutina.
Mientras tanto, en el frente oriental, Ucrania ha perdido posiciones clave en la zona de Pokrovsk, en un momento en que parte de sus aliados occidentales muestran nuevas prioridades internacionales, según analistas.
El trasfondo político y el riesgo para Zelenski
Los casos de corrupción no son nuevos en Ucrania. En el pasado, escándalos como los que envolvieron a Viktor Yushchenko, Viktor Yanukóvich o Petro Poroshenko erosionaron la confianza pública. La llegada de Zelenski en 2019 había sido vista como una ruptura con ese historial, al presentarse como un outsider del viejo sistema político.
Pero la tolerancia ciudadana se ha reducido. En 2023, tras un año de guerra, varias investigaciones anticorrupción —incluyendo desvío de fondos para alimentos de las tropas o proyectos ilegales de tierras— sacaron a flote tensiones entre el presidente y los organismos anticorrupción. Las grandes protestas de ese verano obligaron a Zelenski a abandonar un intento de limitar las competencias de NABU y SAPO.
Hoy, el desafío vuelve a ser central. “Es un momento crucial para demostrar un compromiso inquebrantable con la integridad y la rendición de cuentas”, advirtió la Cámara de Comercio Estadounidense en Ucrania. Tymofiy Mylovanov, exministro y hasta hace poco miembro de la junta de Energoatom, insistió en que el mandatario debe actuar “con la mayor dureza posible” si quiere conservar el apoyo ciudadano, que ronda el 60 %, según encuestas previas al escándalo.
Presión internacional y efectos en Washington
Analistas consultados por CNN señalan que, aunque el impacto interno está por verse, el caso podría complicar la relación con el Gobierno de Donald Trump, que asumirá en enero. “Lo usarán como punto de presión sobre Zelenski”, afirmó Mylovanov.
Mientras el país enfrenta uno de los inviernos más duros desde el inicio de la invasión y una población exhausta por los apagones, el escándalo energético se ha convertido en el tema político más delicado para un presidente que pidió al mundo armas, fondos y confianza. Como resumió Defence24: “Ucrania resistirá los misiles rusos, pero no sobrevivirá a sucesivos escándalos”.


