“Saber que me quería decir algo y nunca pudo. Me movía los ojos y la boca y no me pudo hablar”

Gisselle González Rivera y Daniel Rodríguez Rodríguez (Suministrada)
Al joven Daniel Rodríguez Rodríguez le arrebataron la vida de un disparo el pasado domingo en Ponce y de ese día lo único que queda en la memoria de su esposa Gisselle González Rivera es el momento en que, en el suelo, mal herido, intentaba despedirse y no pudo.

La joven pareja que salió para el Naughty Nightclub en la calle Mayor de la Ciudad Señorial para celebrar el cumpleaños de una amiga, jamás imaginó que ese sería el último día que compartirían juntos luego de planificar la salida durante dos semanas.

Los hechos se remontan a la madrugada del pasado domingo cuando Daniel compartía entre amigos fuera del negocio ponceño y se alega que llegó el presunto gatillero Geraldo Emmanuel Meléndez Acevedo junto a su pareja, produciéndose el primer incidente de la noche al este decirle “bobolón” al amigo del occiso. Para evitar una situación, Daniel busca a su esposa que estaba dentro del local con sus amigas, le comenta lo sucedido y le pide que se fueran del lugar.

Se dice también que la pareja del sujeto acusado por el asesinato de Daniel mantuvo una relación con el actual esposo de la amiga cumpleañera y que estas mantienen una rencilla. Testigos de la escena aseguran que la mujer no identificada pudo haber provocado la situación de burla que realizara Meléndez Acevedo porque este no conocía al amigo de Daniel y ella sí.

Ante el incidente, los jóvenes deciden marcharse del lugar, caminan hasta el estacionamiento cerca del Teatro La Perla donde se encontraban sus vehículos. Hasta allí, alegadamente llegó Meléndez Acevedo quien encañona al amigo de Daniel y no conforme con eso, lo golpea. Daniel quien se encontraba orinando en un área cercana, regresa y se encuentra con la discusión e interviene con Meléndez Acevedo propinándole un puño que lo tira al suelo, por lo que este utiliza su arma y dispara a mansalva alcanzando fulminantemente a Daniel en el costado izquierdo.

“Cuando yo escuché el primer tiro, yo corrí, me escondí, yo escuché solo tres detonaciones. Cuando yo escuché las detonaciones yo no sé si el individuo estaba corriendo, caminando, buscándonos a todos para matarnos o si estaba en el carro, si se había montado o estaba tiroteando desde la guagua”, relató.

“Una de las muchachas viene donde mí y me dice: ‘hay alguien tira’o en el piso’. Y yo le grité a mi esposo si no eres tú, grítame mi nombre y nunca escuché que gritara mi nombre. Tan pronto yo salgo, yo lo veo a él porque él tenía un pantalón largo clarito y lo vi tirado en el piso y sin camisa. Ya a todo esto le estaban dando CPR, ya lo estaban ayudando. Y yo estaba escondida porque no sabía dónde estaba el individuo del arma”, relató.

“Cuando yo salgo, yo voy donde él, le digo, ‘yo estoy bien’. Eso fue lo único que se me ocurrió decirle para que el estuviera tranquilo. Él estaba hiperventilando, buscando aire. El me abría sus ojos y su boca como tratando de decirme algo y yo le dije: ‘¿sabes qué? yo estoy bien, yo te amo, vamos a estar bien, yo te necesito, no te vayas. Y pues, sobrenombres que uno tiene en las relaciones. A él le gustaba mucho que yo le dijera ‘papi’ y eso era lo único que yo le decía. ‘Papi yo estoy contigo, no me pasó nada’, ‘la nena está bien, la tiene tu mamá, tú eres fuerte, yo te necesito conmigo, por favor’, y él me abrió los ojos como que quería decir algo. Le decía ‘piensa en la nena que ella te necesita’, ahí dejó de respirar tan rápido y se calmó”, contó sobre los últimos minutos del padre de su hija menor que el próximo miércoles, 2 de octubre, cumple sus dos añitos de edad.

González Rivera fue quien alertó a las autoridades del tiroteo mediante una llamada al Sistema de Emergencias 9-1-1 a eso de las 2:47 de la madrugada. Al llegar la ambulancia hasta el lugar, Daniel fue transportado al Hospital Dr. Pila donde certificaron su muerte.

“Yo me volví loca, yo no estaba en mis cinco sentidos. Yo empecé a gritar me mataron a mi esposo, mi esposo se está muriendo. Yo no recuerdo como yo llegué al hospital. Yo le dije al paramédico, ‘dime cuánto tiempo tiene de probabilidad de vida’, y me dijo ‘10 por ciento’”, comentó con fortaleza.

“Llegamos al hospital, cuando entré que lo metieron para el cuarto, rápido me dejaron afuera, no pasó ni un minuto que me dijeron que no podían hacer nada con él, que se había muerto. Y yo le dije: ‘Ah ok’. Y me dijeron, ¿tú estás consciente de lo que te estoy diciendo?, y yo le dije, ‘sí ok’. Yo me fui y me senté afuera y me dijeron ¿para dónde tú vas? Y yo les dije: ‘yo solo quiero que sean las 4:00 de la mañana y que él salga por la puerta y me diga que nos vamos a ir’. Yo no lloré y fui me senté y dieron las 4:00. Lloré todo lo que tenía que llorar y fui al cuarto, los ojos estaban abiertos, la boca estaba abierta, yo le cerré los ojos y le di un beso y le cerré la boca”, narró.

González solo le inquieta el saber que Daniel intentó despedirse y no lo logró.

“Saber que me quería decir algo y nunca pudo. Me movía los ojos y la boca y no me pudo hablar. No me pudo decir nada, nada. Yo me despedí de él, pero él nunca se despidió de mí. Nunca. Yo me quedo tranquila porque yo voy a volver a ver su cuerpo, yo lo voy a ver”, dijo quien espera por respuesta del Negociado de Ciencias Forenses para la entrega del cuerpo del joven ingeniero instrumentista.

“Yo estoy tranquila en el sentido de que yo lo voy a volver a ver en el velorio. Yo lo voy a tener ahí conmigo. Yo sé que no está vivo, pero lo veo, pero cuando sea hora de enterrarlo, yo no sé qué yo voy a hacer”, aseguró.

Perdona a Meléndez Acevedo, pero a la mujer, no

Mientras, González Rivera ahora se cuestiona cuáles fueron las razones que tuvo el imputado Meléndez Acevedo para el incidente desgraciado que dejó un vacío enorme para su hija biológica y la de crianza que apenas tiene cinco años y pregunta cuándo va a regresar papá. No le encuentra explicación porque asegura que no la hay. Incluso, comparó el caso con el de Arellys Mercado Ríos quien fuera asesinada de un disparo en el cuello en un confuso suceso por un celular en la Villa Marina de Fajardo y que recientemente se inició el juicio contra su presunto asesino Jensen Medina Cardona.

“Realmente estamos viendo el mismo caso que hubo con Jensen (Medina Cardona). Es exactamente lo mismo. Es un hombre acompañado de una fémina, al cual le disparó a una persona totalmente inocente, por una estupidez”, opinó.

Dijo, además que al hombre le gustaría verlo y decirle que lo perdona, al tiempo que lamenta el sufrimiento que debe estar pasando su familia. De igual manera considera injusto que a la mujer que entiende huyó de la escena con Meléndez Acevedo no le formularan cargos criminales.

Aunque los arrestaron juntos en la residencia del acusado, solo a Acevedo Meléndez se le radicaron cargos el lunes por asesinato en primer grado e infracción a la Ley de Armas. El juez Carlos S. Quiñones Capacetti del Tribunal de Primera Instancia de Ponce, le impuso una fianza de $300,000. La vista preliminar del caso quedó pautada para el 3 de octubre.

“Yo sólo quisiera tenerlo de frente y quitarle un poquito de cargo de conciencia y que me escuche que yo le digo que lo perdono, yo, la esposa, no sé la mamá, no sé la familia, pero yo a él lo perdono, a ella (la que lo acompañaba esa noche) jamás. Yo espero que él, Gerardo (Meléndez Acevedo), tampoco la perdone a ella, porque él está preso, ella no. Ella está afuera súper feliz”, dijo.

“Si él tiene algún hijo, que según él le quitó a mi nena su papá, que él también piense que, si él tiene hijos, el suyo también se quedó sin papá porque su papá está preso. Su papá no lo va a poder ver y mi nena es una bebé, mi nena tal vez no va a sufrir la muerte de su papá como un niño grande. Que piense que destruyó mi familia, pero su familia ¿cómo debe estar? Todo el mundo me dice que él era humilde que era tranquilo y no lo pongo en duda, claro que sí, pero por tal vez dejarse llevar de una persona que él pensaba que era leal a él o una persona que valía la pena o una persona de la que estaba enamoraíto o no sé, o dejarse llevar por ella o por un impulso, destruyó su familia también”, añadió que destacó lo detallista que era Daniel con ellas en la casa.