Lluvias torrenciales y tornados están sacudiendo largos territorios en Japón, en lo que se estima la peor tormenta en 60 años.
El ojo del tifón Hagibis tocó tierra alrededor de las siete de la tarde hora local en la península Izu, al sureste de Tokio, con vientos de hasta 225 kilómetros por hora.
De forma urgente, se ha pedido a más de siete millones de personas que dejen sus casas por riesgo de inundaciones severas y las advertencias de desprendimientos de tierra.
Los servicios de trenes han sido reducidos a la mitad, y más de mil vuelos fueron cancelados.
Un hombre murió en Chiba, al este de Tokio, después de que fuertes vientos volcaran su coche.