Por años, Grandes Ligas ha tratado de establecer un draft internacional que incluya, principalmente, a la República Dominicana y a Venezuela, así como a los demás países latinoamericanos en los que se contratan peloteros como agentes libres en la actualidad.
Las negociaciones para el nuevo pacto colectivo con el sindicato de peloteros establecieron el 25 de julio como la fecha tope para determinar si el mismo se convierte en una realidad o se descarta y todo sigue como ha funcionado hasta la fecha.
Se alega que la principal motivación es resolver problemas de corrupción que afectan al negocio desde hace mucho tiempo, principalmente con el tema de los preacuerdos.
Ciertamente, un draft eliminaría la lógica de establecer preacuerdos, pero MLB tiene que trabajar arduamente para que se eliminen otros aspectos corruptos del negocio y ser drástico con el cumplimiento de las reglas por parte de los equipos, como hicieron hace unos años con los Bravos de Atlanta. Porque no solo es establecer un sistema que proteja a los niños de 12-14 años sino también cambiar la mentalidad de aquellos que entienden que un pelotero dominicano ya es viejo a los 17 años, ni hablar de 18-20 años.
Contrario a la creencia popular de que un draft reduciría la cantidad de dominicanos firmados, actualmente rondando los 600, creo que eso no sucedería ya que MLB no tiene planes de inventarse nuevas fuentes de talento, aunque sí entiendo que podría perjudicar países de menor influencia en el deporte, como Colombia o Curazao pues la mayor tajada del presupuesto se quedaría en República Dominicana y Venezuela.