Así como la sal aumenta la presión arterial, es posible reducirla con diferentes comidas. Como regla general hay que reducir la sal y, en lo posible, sustituirla por hierbas o especias. De igual manera, hay que evitar o reducir el consumo de azúcares, alcohol, regaliz, picantes, sodio y los productos que lo contienen, como embutidos, quesos y conservas.
También deberías aumentar la ingesta de alimentos que favorecen el control de la tensión, que son aquellos ricos en potasio y fitoquímicos que dilatan las arterias ¡Toma nota!
Ajo: ayuda a purificar la sangre y es antibacteriano y antifúngico, además de actuar como vasodilatador de los capilares y las arterias.
Cebolla: sus propiedades son similares a la del ajo, por lo que favorece la dilatación de los vasos sanguíneos y la buena circulación.
Aceite de oliva extra virgen: tiene muchos antioxidantes. Los radicales libres inactivan el óxido nítrico, una sustancia que tiene efectos vasodilatadores.
Canela: ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre. Las glucemias altas provocan un estado inflamatorio que incide en el mal funcionamiento del sistema vascular y circulatorio.
Legumbres: aportan mucha fibra, proteínas, vitaminas y minerales.