Una de las más recientes tendencias entre las series creadas para plataformas de streaming es que cada vez cuentas con episodios más largos, un detalle que llamó mucho la atención con el estreno de los dos volúmenes de la cuarta temporada de “Stranger Things”. En las temporadas anteriores del popular show de Netflix, la duración de los episodios alternaba entre 45 y 50 minutos, a excepción de los finales de temporada, que podían durar entre 1 hora y 1 hora y 16 minutos, pero ese ya no es el caso. Con su cuarta temporada se ha notado un aumento en la ambición de los creadores en cuanto a la historia que quieren contar y los aspectos técnicos de la producción, pero esto también ha incluido la duración de los episodios porque la duración de estos va entre 63 y 139 minutos.

Esta moda se nota en las series de otras plataformas de streaming como “Inventing Anna” (Netflix), “The Book of Bobba Fett” (Disney+), “The Gilded Age” (HBO Max) y “The Marvelous Mrs. Maisel” (Amazon Prime). En teoría, al alargar la duración de los capítulos de un show reduce la intensidad del consumo de los episodios por sesión. Esto extiende la vida del programa entre los consumidores porque garantiza más tiempo de contacto con el público y aumenta las posibilidades de alcanzar más audiencia potencial. Todo esto significa que habrá una mayor interacción entre el consumidor y la plataforma.

Otro posible motivo que explica el aumento de duración de los episodios es que ayuda a valorar el éxito de una serie de acuerdo a los nuevos estándares de medición de audiencia los cuales consisten en fórmulas que emplean la acumulación del tiempo de reproducciones de contenido en una plataforma. Aun así, todavía queda por ver si a largo plazo esta estrategia será un éxito con los consumidores.