Keshly, de 10 años, toma un pincel por primera vez. Pinta un atardecer en uno de los pabellones exteriores de La casita de la cultura, ubicada en el parque Iberoamericano. ¿Primera vez que pinta?
“Es falcémica –responde su mamá, Ana Mercedes Díaz–. No ha vivido igual que otros niños, se ha cohibido de muchas cosas y esta es una experiencia única para ella. Es también la primera vez que visita la ciudad con conciencia”.
La pequeña vive en la comunidad La Guáyiga (Pedro Brand, Santo Domingo Oeste) y del Distrito Nacional solo conocía el “Angelita” (por sus chequeos médicos). A los tres años visitó el Acuario.
Luego de unas horas en La casita, Keshly quiere aprender a tocar el piano y ser pintora.
Historias como esta, de primeras experiencias, aprendizaje y diversión se viven en La casita de la cultura, un espacio de enseñanza que desarrolla el programa gubernamental de asistencia social Supérate a través del proyecto Crecer en valores.
El objetivo es este: hacer llegar los valores éticos y morales a la población menos favorecida usando el poder lúdico de los juegos, las manualidades, la lectura y los talleres de pintura, teatro y música (flauta, piano, guitarra y violín).
QUE SE REPLIQUE
En los últimos dos años, Crecer en valores tiene en su directora, Amerfi Cáceres, a su principal promotora y ‘agitadora’. La casita de la cultura viene siendo como el centro de operaciones del proyecto, explica a Listín Diario.
Pese a que es un lugar abierto a toda la familia, los protagonistas son los niños.
Amerfi los alborota, les habla, los provoca, los ‘desordena’, los consiente, los alienta y se divierte como una chica más junto a ellos en las actividades programadas a lo largo del día.
Su interés, expresa, es replicar en todas las provincias este modelo de enseñanza que contribuye a combatir las causas que originan la delincuencia, la violencia intrafamiliar y social.
“No tenemos las cinco asitas que solicitamos al principio, todavía, pero hemos recorrido todo el país y estamos fijos en varias escuelas”, dice Cáceres.
UNA EXCUSA
La casita ya funcionaba desde 2014, pero en los últimos dos años ha pasado de ser una especie de “guardería” a funcionar como un verdadero centro de aprendizaje en valores a partir de actividades lúdicas.
Entre materiales diversos, trazos, lecturas, música y juegos tradicionales se habla de integridad, respeto, paz, justicia social, honestidad, amor, libertad, compasión… Un valor por mes.
“Los talleres y los juegos no son más que la excusa para llegar a la verdadera esencia del proyecto, que es crecer en valores”, explica Cáceres.
ALCANCE
El proyecto no solo está dirigido a las familias beneficiarias de Supérate. Niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos están invitados a involucrarse en las actividades. Para los talleres, a partir de 5 años.
Las escuelas públicas y clubes deportivos tienen prioridad en las visitas.
“Traemos a los chicos de los barrios pero luego se les dificulta volver de manera fija; por eso queremos llevar la casita de la cultura a esos lugares, a todo el país, para que asistan a clases de guitarra, de piano, de valores. Este proyecto tiene que seguir creciendo”, señala Cáceres.
La iniciativa ha impactado a más de 14,299 personas a nivel nacional.
“Los muchachos no quieren irse y nosotros felices al ver que aprenden. No es que van a salir de aquí siendo pianistas o flautistas, pero en cada taller aprenden sobre valores”, comparte Elizabeth Pérez, supervisora de La casita.
DE INTERÉS
Horario. Lunes a viernes de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde. Los materiales y la merienda son aportados por el programa. Entre 50, 150 y en ocasiones hasta 300 niños visitan la casita al día. Los talleres fijos se realizan a partir de las 2:00 de la tarde. Como se trabaja contenidos especiales, los facilitadores recomiendan coordinar antes de visitar el centro, llamándolos al (809) 475-0741.
Colaborar. El lugar está abierto a voluntarios y colaboradores que quisieran aportar con sus conocimientos al desarrollo integral de los visitantes de La casita de la cultura.
Retroalimentación. Los valores que fomenta La casita de la cultura están establecidos en la Estrategia Nacional de Desarrollo (END). El proyecto mantiene el contacto con padres y tutores.
Juegos. La casita de la cultura ofrece a las familias la oportunidad de recrear juegos tradicionales que actualmente se practican poco, como el baile del aro, el pañuelo, vitillas o saltar en sacos.