Brasil y los desafíos de Lula: polarización, violencia política y recesión global

Publicado el

spot_img

El escenario político y partidario brasileño se caracteriza por la presencia de posiciones irreconciliables y fuerzas excluyentes y no inclusivas, lo que se hizo evidente en la última elección (AFP)

El pasado 30 de octubre se llevó a cabo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil, la segunda mayor democracia del continente americano, y Luiz Inácio Lula Da Silva fue electo como nuevo presidente con el 50,9 % de los votos. Durante todo el proceso electoral, quedó en evidencia la polarización política y el alto grado de violencia. Al margen del panorama económico deflacionario, pero con programas de estímulo que tendrán costo fiscal, el desafío para Lula radica, principalmente, en las alianzas que deberá trazar para asegurar la sostenibilidad de su proyecto político a futuro tanto en el frente nacional, como en el regional e internacional.

Ahora bien, para comprender lo sucedido durante este año electoral, es importante entender el sistema electoral brasileño, las características particulares de la sociedad y el efecto que tienen los liderazgos políticos en la vida social. En lo que respecta al primer punto, el escenario político y partidario brasileño se encuentra en lo que se conoce como “pluralismo fragmentado”, tal como lo define Giovanni Sartori. Entre sus características más relevantes, está la presencia de oposiciones irreconciliables, fuerzas excluyentes y no inclusivas dentro del sistema, característica que se hizo evidente en las últimas elecciones que mostraron un presidencialismo de coalición, con un fuerte federalismo y un sistema electoral fragmentado con once candidatos a presidente, de los que cuatro obtuvieron más del 3 % de los votos, y que dejaron solo dos candidatos para la segunda vuelta, Luiz Inácio Lula Da Silva y Jair Bolsonaro.

Ahora bien, ¿qué llevó a que el escenario político brasileño se presentase tan turbulento? La razón principal tiene que ver con la crisis política que vive Brasil desde 2016, con el impeachment a Dilma Rousseff y el fortalecimiento de actores políticos con liderazgos personalistas, y un discurso enmarcado en ideales que son, a la postre, utilizados para captar electores que buscan ser representados por alguien con las mismas creencias. En torno a esto, los candidatos delinearon sus campañas para cooptar grandes segmentos y realizaron alianzas para ampliar su plataforma electoral. Jair Bolsonaro encontró adeptos en las Fuerzas Armadas, las milicias locales y la rama evangélica pentecostal de Brasil, mientras que la base electoral de Lula Da Silva recae sobre los jóvenes, el nordeste del país y todos aquellos electores que se negaban a otro mandato bolsonarista.

Lula tomará las riendas de un país fuertemente desigual, en el que aproximadamente 9,6 millones de personas cayeron por debajo del umbral de la pobreza entre 2019 y 2021 (AFP)

Lula Da Silva tomará las riendas de un país fuertemente desigual, en el que aproximadamente 9,6 millones de personas cayeron por debajo del umbral de la pobreza entre 2019 y 2021, y las tasas de alfabetización y asistencia escolar disminuyeron drásticamente. Asimismo, se enfrentará a una nación profundamente fracturada y a problemas ambientales urgentes, incluida la deforestación desenfrenada en el Amazonas.

Polarización y violencia interna

El nuevo presidente deberá legitimar su mandato ante la casi mitad de la población que no lo votó y que vincula al Partido de los Trabajadores (PT) y a Lula Da Silva con corrupción y clientelismo, y a Bolsonaro con patria, familia, seguridad pública y anticorrupción. Para esto, es posible que el nuevo mandatario adopte la misma estrategia que su antecesor y comience a ser más visible en medios de comunicación no convencionales como TikTok, sobre todo teniendo en cuenta que Brasil se encuentra en el top tres de países con más tiempo en redes sociales. Esto permitirá que su figura se encuentre en la vida diaria y genere confianza en el segmento de la población que se informa a través de las plataformas digitales, tal como lo hizo Bolsonaro en su momento.

Otro de los desafíos que deberá afrontar Lula Da Silva se encuentra en la fragmentación que actualmente existe en el sistema de partidos políticos brasileños, la situación de inestabilidad y la violencia en lo que respecta a la libertad de elección. Casi el 70 % de los brasileños prefieren no hablar con sus familiares y amigos acerca de política por miedo a las consecuencias, ya que la agresión pasó de ser simbólica o verbal a física, lo que conlleva drásticas consecuencias. Cabe destacar que la violencia política ha crecido un 355 % desde 2019. Según cifras publicadas este año por UNIRIO, se atacó a 1209 políticos y 45 líderes fueron asesinados. Esto se exacerbó durante la campaña, en la que ambos candidatos utilizaron chalecos antibalas en sus eventos públicos por la posibilidad de un ataque. No debemos olvidar que tres votantes del Partido de los Trabajadores fueron violentamente asesinados en situaciones distintas por el solo hecho de decir que votaban al candidato Lula Da Silva. A esto se le sumó el asesinato a balazos en Foz de Iguazú del dirigente del PT, Marcelo Arruda, el pasado 10 de julio.

Un caso paradigmático de la violencia política fue el asesinato a balazos en Foz de Iguazú del dirigente del PT, Marcelo Arruda, el pasado 10 de Julio (AFP)

La situación política de Brasil entraría en lo que se conoce en la psicología social y política como “trampa social”, ya que ambos candidatos han instaurado en el inconsciente colectivo que existe un “nosotros” superior, bien intencionado, frente a un “ellos” destructor y malo para el futuro del país. Esto torna irreconciliables las diferencias entre los votantes y genera una reacción exacerbada que convierte la violencia en un arma. Estas elecciones demostraron que la violencia se ha instituido como un mecanismo válido para la lucha política con manifestaciones cada vez más exacerbadas.

Por otra parte, el escaso margen de victoria de Lula, sumado a la presencia bolsonarista en el Parlamento y en gobiernos provinciales, plantea un escenario muy complicado para los próximos años de gobierno. La elección de los nuevos 513 diputados federales y 27 de los actuales 81 senadores fortaleció la posición de los grupos afines al bolsonarismo al igual que a la base del PT, debido a la caída de otros partidos de centro. La clave está en la capacidad de Da Silva para generar alianzas con partidos más de centro y de derecha que le aseguren la gobernabilidad. Asimismo, la administración de Lula enfrenta un gran desafío en lo que respecta a las Fuerzas Armadas, que constituyen un componente fundamental de la gobernabilidad por el protagonismo que han adquirido en los últimos años y la gran participación que tuvieron dentro del gobierno de Bolsonaro. Recordemos que un tercio de los integrantes del gabinete bolsonarista pertenecían a ellas. En este contexto, la nueva administración de Brasil se deberá plantar firme en su afán de mantener la paz política, sobre todo teniendo en cuenta que Brasil es un país donde el 75 % de la población prefiere el régimen democrático, frente a un 12 % al que le da igual la democracia o la dictadura, y un 7 % que cree que la dictadura es la mejor forma de gobierno en algunas circunstancias. Al contrario de los ideales públicos, el 35 % de los brasileños cree que están susceptibles a un golpe de Estado.

El cuidado del Amazonas y la relación con la UE

Lula Da Silva asume el gobierno de una nación y de las mayores reservas forestales del planeta, que se han visto fuertemente diezmadas bajo la presidencia de Bolsonaro. En ese sentido, el presidente electo deberá cumplir con su promesa de campaña y frenar la deforestación. Asimismo, frente a la creciente crisis climática, Brasil deberá asumir un papel comprometido en la lucha contra el cambio climático. Una de las tácticas que plantea la administración de Da Silva para tales fines es crear un grupo que incluya a Brasil, Indonesia y Congo para presionar a los países más ricos a fin de que financien la protección de los bosques, así como para delinear estrategias para el mercado global de carbono.

Lula asume el gobierno de una nación y de las mayores reservas forestales del planeta. En ese sentido el presidente electo deberá cumplir con su promesa de campaña y frenar la deforestación (Fernando Calzada)

Esta postura sobre el tema ambiental y climático podría representar un nuevo comienzo en las relaciones internacionales de Brasil, posicionarlo como líder mundial y propiciar un cambio de imagen –tras la postura inflexible de Bolsonaro– que le permitiría renegociar el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. De hecho, el tratado está prácticamente listo para ser firmado, pero una de las claves que lo frenaba es la protección del medio ambiente, ya que tanto la UE como el gobierno alemán plantearon normas medioambientales verificables como requisito previo para su ratificación. En este punto, Lula Da Silva deberá reevaluar los términos del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, enfocarlo en la industrialización del país y proceder junto con el Mercosur para elaborar su propia línea de manera que el tratado sea más equilibrado.

Ahora bien, para que el tratado con la UE sea viable es preciso que la agroindustria brasileña apoye las medidas medioambientales del nuevo gobierno y, para ello, es necesario que el gobierno involucre a este sector en la coordinación que el gobierno de Lula busca con la Unión Europea.

Crisis global y el acercamiento con América Latina

El panorama regional e internacional con el que Lula Da Silva asume el gobierno de Brasil dista profundamente de aquel que auspició la década del 2000, con unas tasas de interés en constante suba, provocadas por una espiralización inflacionaria y una recesión mundial cada vez más evidente que hacen que la demanda de commodities no sea tan favorable como en su primer mandato. Por otra parte, tampoco existe en la región un alineamiento político que vincule a gobiernos.

En lo que respecta al Mercosur, para que el bloque pueda ser aprovechado como plataforma de retorno al crecimiento económico a nivel regional de Brasil, habrá que esperar el resultado de las elecciones presidenciales en Argentina el año que viene, ya que el liderazgo del Mercosur depende del alineamiento entre Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil.

En suma, los desafíos que deberá afrontar Lula presentan numerosos flancos. La clave está en recordar a la población que la democracia es más que la representación de los intereses de los grupos sociales a través de cargos políticos, o ir a votar con la frecuencia que cada constitución establezca. Vivir en una democracia implica poder decir libremente a qué candidato votar o no temer por la persecución política; el disenso debe servir para construir y reorientar al país para salir de la recesión y asegurar el crecimiento económico que se refleje en una redistribución de riquezas equitativo que permita a la sociedad mejorar su calidad de vida. Resta ver si la violencia seguirá determinando la democracia y si Lula Da Silva será capaz de revertir la “trampa” en la que se encuentra subsumida la sociedad para poder llevar a cabo su ideal de gobernar para todo Brasil y no solo para el 50,9 % que lo votó.

Mariana Cóvolo es licenciada en Relaciones Internacionales y directora de carrera de la Facultad de Estudios Internacionales de la Universidad de Congreso. Es, además, directora del Centro de Investigación Orientado a la Práctica y miembro de la Red Argentina de Profesionales para la Política Exterior (REDAPPE).

Clara Ralo Venditti es estudiante avanzada de Relaciones Internacionales y Gobernanza Global, de la Facultad de Estudios Internacionales de la Universidad de Congreso, y miembro del Centro de Investigación Orientado a la Práctica.

Seguir leyendo:

Bicentenario de Brasil: en vísperas de las elecciones presidenciales, Bolsonaro prepara un polémico festejo

Reflexiones sobre el fracaso de la reforma constitucional en Chile: impacto en el gobierno y futuro incierto

En Portada

Pérdidas de empresas distribuidoras de electricidad siguen creciendo

El Gobierno no ha podido frenar las pérdidas que sufren las empresas distribuidoras de...

Derbi de jonrones: Caminero y Cruz buscan prolongar dinastía de RD

Josué De Paula dejó el ambiente chispeante el sábado para darle un toque...

Gaza suma otros 43 muertos, sin tregua tras negociaciones

Al menos 43 palestinos murieron el domingo en la Franja de Gaza en nuevos...

Bello contiene y Chapman sentencia en sólido triunfo de Medias Rojas

El abridor dominicano lanzó con temple, y un jonrón clave de Rafaela bastó para...

Noticias Relacionadas

Gaza suma otros 43 muertos, sin tregua tras negociaciones

Al menos 43 palestinos murieron el domingo en la Franja de Gaza en nuevos...

Milei difunde mensajes ofensivos contra su vicepresidenta

El presidente argentino, Javier Milei, compartió este domingo en su cuenta de X una...

Las dos personas que murieron son mujeres que estaban en la iglesia

Al menos dos mujeres murieron, además del presunto autor del hecho, y tres hombres...