Miles de cables submarinos circulan por el mar para conectar al mundo a una red de información y, aunque no lo sepamos, pueden transmitir grandes cantidades de datos gracias a la tecnología de fibra óptica, que nos permite acceder a Internet desde cualquier punto de la Tierra.
Estos cables se pusieron en marcha el 25 de septiembre de 1956 con el primer sistema de cable telefónico trasatlántico submarino, conocido como (TAT-1). Dicha infraestructura no utilizó transistores porque los desarrollos que hicieron posible su funcionamiento fueron el cable coaxial y los tubos de vacío para mejorar el equipo portador.
Y, después de tantos años, con la puesta en funcionamiento de más cables submarinos, a principios de 2023, TeleGeography, una firma de consultoría e investigación del mercado de telecomunicaciones, cifraba en 1,4 millones de kilómetros los cables submarinos que existen a día de hoy. Algunos de ellos son el Grace Hopper, un enorme cable que conecta a España, Estados Unidos y Reino Unido; el 2Africa, cuya misión consiste en unir África, Asia y Europa; o Nuvem, el cable submarino de Google Cloud que conectará Portugal, las islas Bermudas y Estados Unidos para mejorar la flexibilidad de las redes que cruzan el mar Atlántico.
Estos son algunos de los 500 cables que circulan por los mares, pero, ¿alguna vez te has parado a pensar en los cables submarinos que se conectan a la península ibérica?
Uno de ellos es 2Africa, mencionado anteriormente. Meta se asoció con AFR-IX telecom para llevar a cabo el amarre de este cable en Sant Adrià de Besòs (Barcelona) con el objetivo de ofrecer varios puntos de conexión en nuestro país y para que los proveedores de servicios pudiesen acceder a dicha conectividad internacional desde cualquier instalación, independiente de la compañía. Además, la ciudad condal está jugando un importante papel a nivel de conectividad submarina, al igual que Bilbao, que está recibiendo conexiones desde América del Norte.
Aunque si no lo sabías, la importancia de España en el sector de los cables submarinos pasa por su posición geográfica estratégica y una necesidad de conectar grandes centros de datos, debido a que nuestro país tiene un gran grado de interconexión de núcleo urbano, dispone de una buena accesibilidad y posee varios centros de datos neutros instalados. Asimismo, una de las instalaciones que hace tan atractiva a Barcelona para la conexión de cables internacionales es la Estación de Aterrizaje.
Este punto clave barcelonés cuenta además con más proyectos a ejecutar próximamente. Entre los que destacan el Medloop, que se conecta con algunos puertos del Mediterráneo europeo; el Medusa que conecta el Mediterráneo, puertos europeos y africanos; y el cable de Aqua Comms que unirá Europa, Oriente Medio e India.
Por otro lado, Bilbao también se ha convertido en uno de los grandes centros de llegada de cable submarino a nivel nacional. Concretamente, en 2022, esta ciudad recibió al cable Grace Hopper para conectarse directamente con Bellport (Estados Unidos); en 2018, el cable MAREA conectó a la península ibérica con Virginia Beach (Estados Unidos); y, en 2022, el cable Tata TGN se unió al Reino Unido desde esta misma ciudad mencionada.
No obstante, otras regiones que también albergan cables submarinos son Andalucía — Almería, Cádiz y Málaga—, Comunidad Valenciana —Valencia y Sagunto—, Cantabria —Santander— y los dos archipiélagos.
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