Los fanáticos del béisbol que le recuerdan desde sus grandes años en las Grandes Ligas, sienten una alegría indescriptible al volver a ver a Sammy Sosa vistiendo el uniforme azul de los Cubs.
El “bambino del Caribe” llegó al campo de entrenamientos del equipo en Mesa, Arizona, como un pelotero más, uniformado, firmando autógrafos y conversando con la prensa en otra de las iniciativas que el equipo ha realizado para acercar al extoletero con la franquicia, bajo sus nuevos dueños, la familia Ricketts.
“Ellos me preguntaron que cómo lo hice. Yo les dije: ‘trabajar duro todos los días’. Nunca estuve satisfecho cuando jugaba. Yo siempre quería más y más. No deje escapar ningún turno. Siempre estuve preparado para cada ocasión. Y Así es como pasas de un jugador okey a una superestrella”, comentó Sosa a la transmisión del equipo durante el partido de pretemporada que los Cubs le ganaron a los Diamondbacks de Arizona por 4-2.
En diciembre pasado, Sosa sorprendió al mundo del béisbol con una carta en la que pedía perdón porque en sus palabras aunque “no rompí ninguna regla, pero cometí errores por los cuales pido perdón”, al tiempo que señaló que hubo tiempos en los que hizo todo lo que estuvo a su alcance para recuperarse rápido de lesiones que le impidieran rendir al máximo en 162 partidos.
Luego de la misiva, el presidente ejecutivo de la franquicia, Tom Ricketts, saludó la iniciativa de Sosa y lo reconoció como un jugador que jugó más duro que nadie y cuya pasión por el béisbol y por los Cubs era indudable.
A principios de enero, Sammy Sosa fue presentado en el evento conocido como la “Convención de los Cubs”, donde por primera vez en décadas, el pelotero petromacorisano pudo interactuar con los fanáticos como parte de las actividades previas a la temporada 2025.
Sosa conectó 545 de sus 609 cuadrangulares con los Cachorros de Chicago, y su épica batalla de jonrones contra Mark McGwire en 1998 cautivó la atención no sólo de Estados Unidos sino del resto del pa?íses en los que se practica este deporte.