Muchos migrantes se guían por el «voz a voz» y las redes sociales para encontrar nuevas rutas por las que continuar su camino de retorno hacia Suramérica, después de ver truncado su sueño de llegar a Estados Unidos tras las nuevas restricciones migratorias del presidente Donald Trump.
En Panamá el TikTok y el boca a boca les ha llevado hasta la zona costera de Palenque, un pueblo pesquero de la provincia caribeña de Colón, tras correrse la voz que desde allí partieron tres barcos gestionados por las autoridades panameñas con 180 migrantes con destino a la frontera con Colombia.
Decenas de ellos llegaron al lugar solo unas horas después de que zarparan las tres grandes embarcaciones de madera y cubiertas para cubrir largas distancias.
Este nuevo trayecto fue ideado aparentemente para evitar el peligro de los viajes en botes más pequeños, después de que la semana pasada naufragó una lancha en la que viajaban 21 personas con migrantes de Venezuela y Colombia, muriendo una niña venezolana de 8 años.
Sin embargo, tras la salida de los tres barcos de mayor tamaño, son ahora las lanchas con motores fuera de borda y con provisiones extras de combustible las que han tomado el relevo para el transporte de los migrantes, donde viajan con «mucho riesgo», según dicen, unas 30 personas.
Las redes sociales
Al igual que otros migrantes consultados por EFE, la venezolana Oscarli Pineda aseguró que se enteró de esta nueva ruta por el «voz a voz» y los comentarios por las redes sociales de otros que la habían utilizado.
«Normalmente uno se entera por TikTok, por las redes sociales«, explicó Pineda, y señaló que igualmente «un amigo que estaba allá en Tapachula ya había pasado y nos comentó, pues».
Pineda llegó a Panamá tras iniciar en Tapachula, México, su viaje de regreso, al no lograr entrar en Estados Unidos después de meses de espera. A diferencia de cuando entró por primera vez al país centroamericano camino al norte, atravesando a pie la peligrosa selva del Darién fronteriza con Colombia, ahora opta por el mar Caribe para el trayecto inverso.
La suramericana añadió que ahora ocurre como antes en la selva del Darién cuando «un grupo fue haciendo el camino, hasta que ya pasaban más y más y más, así igualmente de retorno: Sale un grupo y viene y ve cómo son las cosas y le va explicando a los que vienen detrás, y se va corriendo la voz entre los mismos inmigrantes«.
Aún así, Pineda reconoce que esta nueva ruta es una opción con un costo «muy caro» para los migrantes, pero dice que «es el único método que tenemos para no entrar a la selva».
Sin embargo, acepta que tanto el mar como la selva «son rutas peligrosas», pero que «preferible» es el primero «porque vamos en lancha y no estamos caminando, no nos estamos agotando».
«O sea, son tantas cosas que podemos evitar en el mar (aunque) es un riesgo ciertamente, pero la verdad es demasiado caro y solamente ellos sabrán por qué cobran así», expresó Pineda, que lleva una semana en Panamá.
Su viaje hasta allí, detalla, fue rápido: Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, pero que en Panamá, dijo, «nos ha costado», aunque no tanto como a otros migrantes, a los que la «migra regresó a Costa Rica».
Oportunidad económica
Mientras, en Palenque, la llegada de migrantes se ve también como una oportunidad económica.
«Estamos viendo el flujo de migrantes que va pasando de regreso a su destino que es a Venezuela, aquí la gente se ha beneficiado bastante con esto y trabajando ordenadamente», dijo a EFE Ameth Mesa, alcalde de Santa Isabel, distrito al que pertenece Palenque, y que añadió que «es la primera vez que pasa algo así en esta área».
Mesa indicó que Santa Isabel es un distrito turístico, por lo que espera que con la llegada de los migrantes venezolanos capte la atención internacional, porque tienen «bastante potencial en playas, gente buena y turismo«.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, afirmó este jueves que más de 2.000 personas en movilidad han entrado este mes a Panamá por la frontera con Costa Rica en un creciente flujo migratorio inverso hacia el sur, al tiempo que sigue cayendo el número de estos que insisten en ir hacia Estados Unidos.