La noche del 5 de marzo de 2025 prometía ser una más de diversión para un grupo de estudiantes estadounidenses de vacaciones en República Dominicana. Sin embargo, la madrugada del jueves 6 de marzo Sudiksha Konanki, una joven de 22 años, estudiante de la Universidad de Pittsburgh, fue vista por última vez en la playa del hotel RIU República, en la provincia La Altagracia.
Había llegado al país apenas unos días antes, junto a cinco amigas, para disfrutar del tradicional receso de primavera conocido como Spring Break. Hasta hoy, su paradero sigue siendo desconocido y las autoridades dominicanas, con ayuda internacional, mantienen una búsqueda intensa por aire, mar y tierra.
A continuación, una crónica detallada de los hechos conocidos hasta ahora:
Una noche de fiesta
Konanki y sus amigas comenzaron la noche del miércoles 5 de marzo disfrutando de la vida nocturna en el hotel. Según reportes de la Policía Nacional Dominicana, alrededor de las 3:00 a.m. del jueves 6 las cámaras de seguridad captaron a Sudiksha en el vestíbulo del Hotel Riu República bebiendo con cinco mujeres y dos hombres.
Hacia las 4:15 a.m., la misma cámara registró al grupo dirigiéndose hacia la playa privada del hotel. Era una escena común en esta época del año: jóvenes spring breakers prolongando la fiesta hasta el amanecer junto al mar.
Lo que sucedió en la playa en las horas siguientes es objeto de investigación y se ha reconstruido a partir de testimonios. Solo las amigas de Sudiksha regresaron a las habitaciones, sin ella, después de un rato. “Sus amigos volvieron al cabo de un rato y mi hija no volvió, no apareció por la playa”, relató el padre de la joven, Subbarayudu Konanki, citando lo que le informaron las compañeras de Sudiksha.
Las cámaras confirmaron que cinco mujeres (las amigas) y un hombre abandonaron la playa de regreso al resort, sin que Sudiksha estuviera con ellos.
Ella no volvió a su habitación, y sus compañeras inicialmente la buscaron por su cuenta en las instalaciones, hasta que decidieron dar parte a las autoridades. Según un comunicado oficial de la cadena hotelera RIU, el grupo reportó el incidente al personal del hotel alrededor de las 4:00 p.m. del mismo jueves.
El último testigo
Entre los jóvenes que estaban con Sudiksha en la playa, el último en verla con vida fue un turista estadounidense de 20 años identificado como Joshua Steven Ribe. Las autoridades dominicanas confirmaron que este joven fue interrogado en profundidad, en calidad de testigo clave, para esclarecer qué ocurrió en esas horas críticas.
Según su testimonio, el grupo estuvo reunido en la playa hasta altas horas de la madrugada. En un momento, las cinco amigas de Sudiksha decidieron retirarse a sus habitaciones, quedando solo Ribe y Konanki juntos en la playa.
Ribe relató que ambos entraron al mar a bañarse de noche, y de pronto fueron sorprendidos por la fuerza del océano.
La última vez que vio a la joven, según contó, el agua le daba por las rodillas, sugiriendo que ella estaba siendo empujada hacia aguas más profundas. Acto seguido, confuso y exhausto, Ribe habría permanecido en la playa hasta el amanecer. De hecho, imágenes de seguridad muestran al joven regresando a su habitación a las 9:55 a.m. del jueves.
Este dramático relato –que coincide en esencia con la hipótesis de que Sudiksha fue arrastrada por el mar– fue incluido en la denuncia formal que el padre de la estudiante presentó ante la Oficina del Sheriff del Condado de Loudoun, Virginia, de donde la familia es residente.
Cabe señalar que, según una fuente policial dominicana, Ribe dio versiones ligeramente distintas en distintos momentos de la pesquisa, aunque en todas ellas negó haberle hecho daño a Sudiksha. Por ahora, las autoridades no lo consideran sospechoso de un crimen, sino un testigo presencial de un posible accidente.
Búsqueda intensiva
Tan pronto se notificó que se perdió el rastro de Sudiksha Konanki, se desplegó un amplio operativo de búsqueda en la zona turística de Punta Cana. La Policía Nacional Dominicana, en coordinación con la Defensa Civil de La Altagracia, movilizó equipos por tierra, aire y mar: se han utilizado drones, helicópteros, lanchas e incluso perros rastreadores para peinar la franja costera y el océano adyacente al hotel.
Las labores de búsqueda comenzaron formalmente el 8 de marzo en la mañana y continuaron día y noche durante los días siguientes, sin resultados tangibles hasta el momento.
Las autoridades dominicanas han emitido varias declaraciones oficiales conforme avanzaba la investigación. También informaron que el pasado lunes la Embajada de Estados Unidos en Santo Domingo contactó a las autoridades locales el viernes 7 para ofrecer asistencia en el caso.
De hecho, la investigación se volvió un esfuerzo conjunto: participan la Policía Nacional y la fiscalía dominicana con apoyo del FBI estadounidense y la colaboración de la embajada, aunque el liderazgo del caso permanece en manos dominicanas. En tanto, la Embajada de India en República Dominicana (país del que Sudiksha es ciudadana) también se involucró para seguir de cerca las diligencias.
Un dato significativo arrojó cierta luz sobre lo ocurrido en la playa: la ropa de Sudiksha –un pareo playero que llevaba puesto sobre el traje de baño– fue encontrada sobre una tumbona (camastro o chaise lounge) en la arena, según informó a CNN una fuente policial dominicana, pero no se vio signos de violencia.
Esto refuerza la teoría de un accidente por inmersión en el mar. De hecho, tres funcionarios dominicanos involucrados en la investigación declararon extraoficialmente a ABC News que se cree que Konanki se ahogó en el océano. “Por el momento, la investigación se está tratando como un accidente”, afirmó el jefe de la Defensa Civil dominicana a la prensa. Esta postura oficial ha ido tomando fuerza a medida que pasan los días sin noticias: “Se presume que ella se ahogó”, indicaron voceros policiales el lunes 10 de marzo, orientando la búsqueda mar adentro con apoyo aéreo.
No obstante, las autoridades han sido cautelosas en no descartar ninguna hipótesis aún. La fiscalía interrogó también a otros empleados y testigos que pudieran aportar información, y anunció que revisaría todas las grabaciones de seguridad desde la llegada del grupo de amigas al resort.
El propio hotel RIU República emitió un comunicado donde aseguró plena colaboración con la investigación y habilitó un canal interno de comunicación para que empleados de sus cinco hoteles en la zona turística reporten cualquier pista relevante.
Un elemento llamativo señalado por la familia es que Sudiksha dejó su teléfono celular y su billetera con sus amigas antes de ir hacia la playa. Esto les parece inusual, ya que ella siempre llevaba su móvil consigo, e incluso en una salida nocturna uno esperaría que porte sus pertenencias. Tal detalle ha generado preocupación de que pudiese tratarse de algo más que un accidente.
Exigen respuestas
Los padres de Sudiksha, Subbarayudu y Sreedevi Konanki, volaron a República Dominicana en cuanto recibieron la terrible noticia de que su hija estaba en paradero desconocido. Desde la provincia La Altagracia, han clamado por que la búsqueda no cese y por que las autoridades consideren todas las posibilidades, incluyendo la de un posible delito. “Pedimos que investiguen otras opciones, como secuestro o crimen”, declaró el padre, quien alberga dudas sobre la versión del ahogamiento.
A su juicio, si Sudiksha hubiera caído al mar y se hubiese ahogado, su cuerpo ya habría aparecido en la costa tras varios días de búsqueda infructuosa.
La familia formalizó estas inquietudes presentando una denuncia ante la fiscalía dominicana para ampliar la investigación. En dicha denuncia –la misma que recopila el testimonio de Ribe– subrayan las circunstancias atípicas del suceso: Sudiksha entregando sus pertenencias antes de ir a la playa y quedándose a solas con alguien a quien acababan de conocer. Si bien las autoridades locales mantienen la tesis del accidente como la más probable, se han comprometido a seguir investigando hasta agotar todas las líneas. Por su parte, las amigas de Sudiksha han decidido postergar su regreso a Estados Unidos para permanecer en Punta Cana y colaborar con cualquier requerimiento de las autoridades en la búsqueda de su compañera.
Al cierre de esta publicación (11 de marzo de 2025, 12:00 pm), Sudiksha Konanki continúa en paradero desconocido. Su caso ha despertado eco internacional por tratarse de una universitaria extranjera en viaje de placer, y ha puesto bajo la lupa las dinámicas del Spring Break en destinos turísticos del Caribe.
Mientras prosiguen las labores de rescate y la investigación –ya sea para hallar algún rastro en el mar o para descubrir indicios de otra causa–, vale la pena examinar el contexto en que ocurrió esta tragedia: el Spring Break, una temporada de fiestas desenfrenadas que cada año deja postales de alegría, pero también incidentes lamentables.
Spring Break: vacaciones, juventud y desenfreno
El receso de primavera, comúnmente conocido como spring break, marca las vacaciones primaverales de estudiantes estadounidenses. Por lo general, ocurren en marzo o principios de abril y duran entre una y dos semanas, dependiendo de la institución académica.
Durante este período, miles de jóvenes aprovechan para viajar y sumergirse en una atmósfera de libertad y diversión, consolidando una cultura juvenil que atrae a multitudes de estudiantes a destinos turísticos icónicos.
Desde hace décadas, el spring break se ha convertido en un sinónimo de fiestas desenfrenadas bajo el sol, lejos de las restricciones del campus universitario. Esto se debe en gran medida a su representación en películas, series y eventos mediáticos.
Por lo tanto, lugares como Cancún, Punta Cana, Miami Beach y South Padre Island se han vuelto mecas de este fenómeno cultural. Allí, estudiantes encuentran resorts de lujo, playas paradisíacas, clima cálido y una vida nocturna vibrante.
La cultura del spring break está impregnada de un ánimo de descontrol. Para muchos, representa un rito de paso: la primera experiencia de libertad sin supervisión adulta, donde el consumo de alcohol en exceso, las fiestas hasta el amanecer y los retos temerarios son la norma. En este contexto, los concursos improvisados, las habitaciones llenas de gente y una atmósfera de fiesta ininterrumpida se convierten en parte del atractivo. Sin embargo, para las comunidades anfitrionas, estas festividades también traen desafíos considerables.
Los destinos favoritos de los spring breakers enfrentan una doble realidad. Por un lado, disfrutan del auge económico que estas temporadas brindan: hoteles llenos, bares y clubes repletos y un flujo constante de visitantes. Por otro lado, se preparan para manejar las consecuencias de los excesos. La aglomeración de jóvenes suele ir acompañada de un aumento en el consumo de alcohol y drogas, peleas, daños a la propiedad e incidentes de violencia. Además, muchos de estos destinos han tenido que implementar regulaciones estrictas para contener el desorden.
Un ejemplo claro es Miami Beach. En respuesta a años de caos durante el spring break, la ciudad ha adoptado medidas como toques de queda, controles policiales y campañas publicitarias que disuaden a los spring breakers problemáticos. Panama City Beach, otro destino destacado, prohibió el alcohol en la playa tras un tiroteo que dejó heridos en 2015. En destinos internacionales como Cancún o Punta Cana, las autoridades locales han intensificado la vigilancia y los controles en áreas turísticas para mantener el orden. Estas medidas reflejan un esfuerzo por equilibrar los beneficios económicos con la necesidad de seguridad y tranquilidad.
Este texto se elaboró con ayuda de un editor de texto de Inteligencia Artificial.