El onceno nacional de mayores masculino tiene una oportunidad de oro, en junio. Puede romper otro de esos diques que el fútbol dominicano ha conseguido desde que en 2018 la FIFA intervino a la Fedofútbol en medio de una profunda crisis, allí donde se quitó ese tapón al desarrollo y que en lo adelante ha dado paso al fluir de ese manantial necesario para rociar la finca.
El seis de junio, el equipo que dirige el argentino Marcelo Neveleff (con tres puntos) se mide a Guatemala en suelo chapín obligado a sacar los tres puntos y el 10 recibe a Dominica con igual necesidad. Esas seis unidades son imprescindibles para seguir con vida en las eliminatorias hacia la Copa del Mundo de 2026. Guatemaltecos y jamaiquinos (con seis puntos en dos juegos) chocan el 10 de junio lo que impedirá a que uno de los dos llegue con el balance perfecto tras los cuatro choques de la fase eliminatoria del grupo E.
La alfombra roja para la vitrina dorada de la Sedofútbol comenzará esa misma quincena con su estreno en Copa Oro. El 14 de junio, el equipo construido alrededor de Dorny Romero, Ronaldo Vásquez, Edarlyn Reyes, Edison Azcona, Jean Carlos López y Luiyi de Lucas debutará ante México, gigante histórico de la Concacaf, en el SoFi Stadium de Los Ángeles. Por mucho, será el rival de mayor alcurnia que haya enfrentado un elenco de mayores duartiano.
El segundo partido de la aventura en el principal torneo de la región será ante Costa Rica, ese rival en la categoría de los equipos que hay que empezar a perseguir, los de la Liga A en la Liga de Naciones. El choque ante los ticos será en el AT&T Stadium de Dallas, el 18 de junio, y el cierre de la primera fase será en esa misma cancha, ante Surinam, en el papel, el conjunto más “asequible”.
Tanto el choque ante Guatemala como los de la Copa Oro serán los patrones más adecuados para medir la sintonía del grupo que ante rivales de la región y en amistosos contra Perú y Chile demostró una subida de escalón. Uno que creció con la llegada de Heinz Mörschel Moreno en 2023, de Junior Firpo en 2024, que se ilusiona con la más reciente incorporación, Mariano Díaz y que puede agregar mayor profundidad si se suma Pablo Rosario.
Soñar se vale, aunque con los ojos abiertos el final siempre será más realista. Ganar en Guatemala es posible, avanzar en Copa Oro luce complicado. Sin embargo, un desempeño honroso ante tanta exposición mediática puede representar abono de buena calidad en esa finca donde se siembra un futuro que puede ser glorioso para el fútbol dominicano.