Ayer se cumplieron once años de la trágica muerte del rapero dominicano Monkey Black, cuyo nombre real era Leonardo Michael Flores Ozuna. Nació en Santo Domingo, República Dominicana, y desde joven mostró una fuerte inclinación por la música urbana, convirtiéndose en una figura destacada del rap y el dembow local.
Monkey Black se ganó el respeto del público por su estilo crudo y auténtico, con letras que narraban vivencias personales y situaciones del barrio. Según detalla Miurka Jiménez, una de sus canciones más emblemáticas es la colaboración con Vakeró, El sol y la playa, que se convirtió en un éxito. También dejó huella con temas como Oye que bobo y Entro con la U, que aún resuenan en el ambiente urbano.
El 30 de abril de 2014, Monkey Black fue asesinado durante una pelea en Sant Adrià del Besòs, una localidad cercana a Barcelona, España. Su muerte causó una profunda conmoción entre fanáticos y colegas, que lo recordaban como una de las voces más genuinas y potentes del rap dominicano.