El científico francés Étienne-Émile Baulieu, que revolucionó la vida de millones de mujeres tras inventar la píldora abortiva, falleció este viernes a los 98 años, tras una larga carrera en la que siempre buscó crear herramientas «útiles para el bienestar humano«.
Baulieu, médico e investigador, murió en su domicilio parisino, anunció su esposa, Simone Harari Baulieu, en un comunicado transmitido a AFP.
«Sus investigaciones estaban guiadas por su apego a los avances permitidos por la ciencia, su compromiso a favor de la libertad de las mujeres, su voluntad de permitir a todos vivir mejor por más tiempo», declaró.
«Luchador de la resistencia, genio de la investigación, defensor de la contracepción, inventor de una píldora abortiva, Étienne-Émile Baulieu fue un espíritu de progreso que permitió a las mujeres conquistar su libertad», reaccionó el presidente francés, Emmanuel Macron, en X.
Doctor en Medicina (1955) y en Ciencias (1963), Baulieu se hizo mundialmente famoso por la trascendencia científica, médica y social de sus trabajos sobre las hormonas esteroides.
Además de inventar la píldora abortiva en 1982, durante su carrera buscó maneras de retrasar el envejecimiento, luchar contra la depresión y el Alzheimer.
Sus temas predilectos, había dicho en una entrevista a AFP, eran «las mujer, la salud cerebral y la longevidad«.
«Siempre he intentado combinar ciencia y progreso, aplicaciones útiles para el bienestar humano«, afirmaba.
Sus descubrimientos, sin embargo, no siempre fueron aclamados de manera unánime. Tras inventar la píldora abortiva, fue arrastrado ante los tribunales y demonizado por las poderosas ligas antiabortistas estadounidenses, que le acusaron de crear una «píldora de la muerte».
Críticas y amenazas
Nacido el 12 de diciembre de 1926 en Estrasburgo, en el este de Francia, Etienne Blum tomó el nombre de Émile Baulieu cuando se unió a la Resistencia contra la ocupación nazi, con tan solo 15 años.
Tras la guerra, es invitado a trabajar en Estados Unidos. En 1961 se gana el apoyo de Gregory Pincus, padre de la píldora contraceptiva, que lo convence para que investigue sobre las hormonas sexuales.
Al volver a Francia concibe una antihormona que logra bloquear la acción de la progesterona, esencial para la implementación del óvulo en el útero.
La molécula RU-846, desarrollada con la ayuda del laboratorio Roussel-Uclaf, se convierte en una alternativa médica al aborto quirúrgico, seguro y menos traumático.
Pero la batalla por su comercialización apenas empieza. El francés se enfrenta a virulentas críticas y recibe incluso amenazas. También trata incansablemente de convencer a los gobiernos a autorizar la distribución de la RU-486.
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Hace dos años, tras la prohibición de la píldora abortiva en el estado de Wyoming, en Estados Unidos, Baulieu dijo AFP que esto suponía un «retroceso para la libertad de las mujeres«.
El científico fue distinguido con el premio Lasker en 1989 por el descubrimiento de la píldora abortiva. El galardón es la mayor distinción científica estadounidense y es considerado un potencial precursor del Nobel para quienes lo obtienen.
«Ser útil»
Baulieu también obtuvo la Gran Cruz de la Legión de Honor y de la Orden Nacional del Mérito, dos importantes distinciones en Francia.
El endocrinólogo también realizó investigaciones sobre la DHEA, una hormona cuya secreción y actividad contra el envejecimiento había descubierto. Estos estudios le llevaron después a trabajar sobre los neuroesteroides (esteroides del sistema nervioso).
Baulieu desarrolló un tratamiento para combatir la depresión, cuyo ensayo clínico está actualmente en curso en varios hospitales universitarios.
En 2008 fundó el Instituto Baulieu para comprender, prevenir y tratar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Su investigación se centró en las proteínas Tau y FKBP52. «No hay razón para que no encontremos tratamientos» contra esta enfermedad, dijo en su momento a AFP.
En su oficina situada a las afueras de París, amontonaba fotos, diplomas y carpetas con «el trabajo de toda una vida«. Hasta el final, expresó su deseo de «ser útil».
Amigo íntimo de Andy Warhol, era un apasionado de la literatura y se declaraba «fascinado por los artistas, que afirman tener acceso al alma humana, algo que permanecerá siempre fuera del alcance de los científicos».