La temporada de huracanes del Atlántico comenzó oficialmente este sábado 1 de junio y se extenderá hasta el 30 de noviembre. Diversas agencias meteorológicas coinciden en que este 2025 será un período potencialmente más activo de lo normal, aunque no tan extremo como los años recientes.
Una temporada “potencialmente intensa y errática”
Durante el foro regional sobre «Perspectivas Climáticas del Caribe para la Temporada Húmeda y de Huracanes 2025«, celebrado en Barbados, el climatólogo Cédric Van Meerbeeck del Instituto Caribeño de Meteorología e Hidrología (CIMH) calificó esta temporada como “potencialmente intensa, pero errática”.
- Se prevé la formación de 19 tormentas con nombre, de las cuales 9 podrían convertirse en huracanes, y 4 alcanzarían categoría de huracán mayor, según el CIMH.
Según Van Meerbeeck, hay un 70 % de confianza en esta proyección, que será actualizada conforme avance la temporada. Esta previsión está por encima del promedio anual de 14 tormentas, 7 huracanes y 3 de gran intensidad que suelen formarse en el Atlántico.
Además, destacó que existe una probabilidad del 56 % de que al menos un huracán mayor afecte directamente la región del Caribe, una cifra también superior al promedio histórico del 47 %.
Escenario activo
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos coincide con esta proyección.
Su informe publicado el jueves estima la formación de entre 13 y 19 tormentas tropicales, con entre 6 y 10 huracanes, de los cuales 3 a 5 podrían ser de categoría mayor (categoría 3 o superior en la escala Saffir-Simpson).
La NOAA también señala que hay un 60 % de probabilidad de que esta temporada esté por encima del promedio, un 30 % de que sea normal y solo un 10 % de que sea inferior a lo usual.
Temperaturas y polvo del Sahara
Los meteorólogos coinciden en que la temperatura superficial del mar, uno de los factores clave para el desarrollo de ciclones, se mantiene anómala pero no extrema, con valores entre 1 y 1.5 °C por encima del promedio.
Esto es menos alarmante que en 2023 y 2024, cuando las aguas del Atlántico registraron récords históricos de calor.
A su vez, la frecuencia del polvo del Sahara podría jugar un papel doble: inhibir la formación de ciclones en algunos momentos, pero también alterar su desarrollo y trayectoria, volviendo la temporada más errática.
Además, se observa una transición hacia condiciones neutras o ligeramente frías en el océano Pacífico, lo que favorece un ambiente más propicio para la formación de tormentas en el Atlántico, al disminuir la cizalladura vertical del viento.
Europa y el Caribe: diferentes riesgos, misma vigilancia
Aunque los huracanes rara vez impactan directamente a Europa, los expertos advierten que sus remanentes pueden transformarse en ciclones extratropicales que afecten el oeste de la península Ibérica, generando lluvias intensas e inundaciones. Esta tendencia también ha aumentado por el calentamiento del océano.
En el Caribe, en cambio, el riesgo es directo. Las autoridades de la región han iniciado campañas para incentivar la preparación comunitaria y la vigilancia constante, recordando que una sola tormenta puede tener consecuencias devastadoras.
Recomendaciones Generales:
- Elaborar o actualizar planes familiares de emergencia.
- Mantener reservas básicas de agua, alimentos y medicinas.
- Seguir los boletines oficiales de los servicios meteorológicos y de protección civil.