Cuando en el primer partido de esta semana, en la serie en la que los Atléticos visitan a los Angelinos, el inicalista Nolan Schanuel del equipo local, no se imaginaba que una acertada selección de pitcheos para hacer un buen contacto, se convertiría en una acrobacia fantástica para un novato.
Schaunel, bateador zurdo, dejó pasar el primer pitcheo del lanzador Grant Holman, una bola alta a 93 mph. Pero en el segundo lanzamiento, hizo contacto con un splitter a 86.8 mph que buscaba la parte de afuera de la zona, no rompió lo suficiente, y el circo quedó preparado.
El jardinero central de los Atléticos, Denzel Clarke, empezó a moverse hacia su derecha, y ya en la zona profunda del right center field, dio un salto apoyándose en la pared y extendió su guante para robarse un cuadrangular con una electrizante jugada.
La pelota viajó 398 pies, y Clarke hizo un gesto de celebración, confirmando una vez más que sus grandes dotes defensivos son una de las grandes razones por las cuales está en Las Mayores.
«Simplemente lo calculé. Encontré la distancia con la pared e hice lo que me decía la pelota. Subí y la agarré«, dijo Clarke.
La semana pasada, Clarke había hecho lo mismo en Toronto, robándole un cuadrangular al receptor mexicano de los Azulejos, Alejandro Kirk.
Recién subido
Denzel Clarke, apenas subió a Grandes Ligas el pasado 23 de mayo, su capacidad atlética y aguda visión para jugar el center field, se han convertido en una de las historias defensivas más interesantes en lo que va de a temporada.
El jugador canadiense de 25 años, escogido por los Atléticos en la cuarta ronda del draft en 2021, viene de una familia con genes especiales para el deporte, ya que es hijo de un atleta de héptatlon (Donna Clarke).
Además, el árbol genealógico de Clarke, incluye a tres primos jugadores de béisbol de los hermanos Josh, Bo y Myles Naylor.
En 16 partidos, Denzel Clarke batea .216 (de 51-11), con un jonrón, tres remolcadas, siete anotadas y tres bases robadas.