Cada día agradezco la presencia de Jesús en mi vida y cuando me dirijo al Padre con un amor ágape que viene desde que tengo uso de razón, mi corazón se llena de gozo porque a través del Espíritu Santo puedo entender la altura, profundidad y anchura de ese acto de sacrificio de Jesús en esta tierra que no tiene nada que ver con la naturaleza humana, sino que tuvo y tiene un carácter espiritual y de eternidad sin precedentes y quisiera que muchos entendieran la magnitud del mayor acto de amor de Dios hacia la humanidad.
Estuve escuchando un predicador que hablaba de que la iglesia esta olvidando la esencia del evangelio, y en vez de hablar de las buenas nuevas de Salvación, centran sus prédicas en conceptos terrenales e instan a los feligreses a pedirle a Dios por prosperidad, alcanzar metas y proyectos y en ese vaivén se les olvida lo que Jesús dice en Juan 6: 27 » Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a este señaló Dios el Padre».
El Señor y Dios nos insta a buscar el reino de Dios y su justicia y todo lo demás vendrá por añadidura. Estamos viviendo tiempos proféticos, donde el pueblo cristiano tiene que priorizar la oración, tiempos de oscuridad espiritual que desencadena en violencia familiar, guerras, corrupción a todos los niveles y en todos los estamentos, avaricia desmedida y sobretodo, falta de amor los unos por los otros.
Es tiempo de afianzar la fe cristiana, estudiar la biblia para no dejarse confundir, orar por los gobernantes, los líderes religiosos, la juventud que hoy más que nunca anda sin rumbo ni anclas, por la niñez que sufre abusos aún de sus padres, por los envejecientes que son discriminados e irrespetados y en muchos casos sumidos en la más profunda soledad, olvidando los hijos que esta vida es 360 y a todos, si corremos con la bendición de agregar años a nuestras vidas, nos tocará.
Los tiempos hablan por si solo, el pueblo de Israel es el reloj profético, oremos por Israel para que entiendan el propósito de Dios y sus corazones sean alumbrados, reconociendo a Jesucristo como el Mesías que había de venir, porque en Mateo 5:17, Jesús declara: «No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.» En esencia, Jesús aclara que su propósito no es destruir las enseñanzas de la ley y los profetas, sino darle mayor valor, por lo que debemos siempre orar por el pueblo de Israel, sin dejar de orar por los otros pueblos, porque Dios no hace acepción de personas.
Quiero terminar este contenido instándoles a leer los evangelios y practicar las enseñanzas de Jesús, este mundo lo está necesitando. A los líderes de iglesias que recuerden que tienen que dar cuentas a Dios por cada oveja del rebaño puesto bajo su responsabilidad, que Dios pesa en balanza justa, que Dios es amor, pero también fuego consumidor y es la eternidad que está en juego. Entendamos que la vida es bien corta comparada con la eternidad y es justo por eso que el verbo encarnado, Jesús, el Hijo del Dios viviente vino a este mundo, ofreciéndonos la eternidad con Dios por GRACIA, para que nadie se gloríe, igual no la hubiéramos podido alcanzar, por tanto, JESUCRISTO BASTA.
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