El primer ministro británico, Keir Starmer, evitó el martes una derrota parlamentaria en su proyecto de ley que buscaba recortar las prestaciones para personas con discapacidad, tras hacer concesiones ante una rebelión sin precedentes de los diputados de su mayoría.
El jefe del gobierno laborista intentó calmar el viernes una rebelión interna de más de 120 diputados (casi un tercio de su número total en el Parlamento) haciendo concesiones sobre este proyecto, que pretende restringir el derecho a las ayudas por discapacidad y enfermedad en Inglaterra.
Obligado a ceder para evitar una vergonzosa derrota, Starmer anunció que las nuevas condiciones para acceder a las prestaciones solo se aplicarían a los futuros solicitantes.
El resultado de la votación fue favorable al gobierno, con 335 diputados a favor y 260 en contra.
Efecto de conceciones
Sin embargo, la serie de importantes concesiones dejó hecho trizas el proyecto de ley, que pretendía ahorrar miles de millones de libras en la abultada factura social del país.
Inicialmente, su reforma pretendía ahorrar casi 5,000 millones de libras (6,800 millones de dólares) al año para 2030. Pero el ahorro previsto, que debía contribuir a consolidar las finanzas públicas, podría reducirse a la mitad con este cambio.
Los diputados que se opusieron habían señalado que, según previsiones oficiales, los cambios podrían empujar a 150,000 personas más a la pobreza de aquí a 2030.
Esta rebelión es la mayor dentro del partido desde su aplastante victoria en las elecciones generales de julio de 2024, y muestra un debilitamiento de la autoridad de Starmer entre sus partidarios.