Gabriel de la Cruz, residente en el sector Bella Vista, del municipio San Antonio de Guerra, denunció este martes haber sido víctima de una brutal tortura por parte de agentes policiales en el destacamento de esa demarcación, tras ser apresado para investigarlo por un robo que asegura no cometió.
De acuerdo con su testimonio, los agentes le colocaron una funda con cebolla y amoníaco en la cabeza con el propósito de asfixiarlo, lo hincaron sobre un palo de escoba con las manos esposadas hacia atrás y le propinaron golpes con un bate de béisbol en los codos.
«Vomité todo cuando me pusieron las fundas. Creí que iba a morir», narró visiblemente afectado.
Dijo que el hecho ocurrió el pasado 22 de julio, luego de que una vecina lo señalara como presunto responsable del robo de unas joyas y una computadora portátil, objetos que asegura nunca ha visto.
Gabriel, de 34 años, lleva más de una década residiendo en el sector y afirma que nunca antes había tenido problemas con la justicia. Las heridas que muestra en sus brazos y muñecas evidencian la presión ejercida por las esposas.
- Asegura que la tortura tenía como fin obligarlo a declararse culpable.
«Perdí mi trabajo de mecánico en la zona franca. Desde entonces no he podido dormir. Temo salir a la calle porque los policías dicen que me van a matar», expresó entre lágrimas, acompañado de su madre y su esposa en su humilde vivienda.
El joven señala directamente al comandante del destacamento, identificado solo como «Cleto», como principal responsable de los alegados abusos, y también menciona al agente Eddy Familia, apodado «el Gordo del Dicrim», a quien acusa de ser uno de los que lo golpeó durante los interrogatorios.
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Presentó denuncia formal
Gabriel de la Cruz presentó una denuncia formal ante la Dirección de Asuntos Internos de la Policía Nacional, pero hasta el momento el Ministerio Público no ha ofrecido respuesta.
Un informe médico del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) confirma que presenta trauma craneal, contusiones en el antebrazo y mano izquierda, y cicatrices provocadas por el uso excesivo de las esposas.
«Por favor, pónganme las esposas más flojas«, recuerda haber suplicado a sus custodios, sin éxito. Al contrario, dijo que uno de ellos se las apretó aún más, causándole laceraciones.
Finalmente, De la Cruz hizo un llamado urgente a la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, y al presidente de la República, Luis Abinader, para que intervengan en su caso y se ponga fin a los abusos cometidos por agentes de la institución del orden.
Investigarán el caso
Pasadas las 9:30 de la noche, un equipo de Diario Libre visitó el departamento de la Policía en Guerra para conseguir una versión de los encargados de esta dotación policial. Sin embargo, se encontraban patrullando fuera de la sede.
El vocero de la Policía Nacional, Diego Pesqueira, manifestó que Asuntos Internos del cuerpo del orden se encargará de darle seguimiento a este caso antes de ofrecer una respuesta.