Ante la primera cumbre climática de la ONU en el Amazonas, su presidente defendió la elección de Belém como sede, aunque la escasez de alojamientos asequibles podría excluir a aquellos que Brasil dice querer poner en el centro del debate.
El presidente de la COP30, André Correa do Lago, envió el martes una quinta carta abierta a las decenas de miles de delegados y observadores invitados a Belém, una ciudad portuaria de 1.3 millones de habitantes situada a las puertas del Amazonas, elegida por el presidente Luiz Inácio Lula para el evento que se celebrará del 10 al 21 de noviembre.
Correa parece haber descartado negociar nuevos compromisos importantes, ante un contexto de menor interés por una ambición climática más agresiva entre algunos actores clave.
En su lugar, los brasileños proponen una «agenda de acción» voluntaria que promueva y cuantifique la implementación de los compromisos existentes para 30 objetivos clave, incluida la transición para dejar los combustibles fósiles.
Tras las COP celebradas en Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Azerbaiyán, Brasil quiere dar la bienvenida a una amplia gama de participantes y dar voz a «los marginados, los desplazados o los que no son escuchados», según señala la misiva.
A continuación, la entrevista de Correa con AFP:
Usted promete poner a las personas «en el centro de la COP30«. ¿En qué se diferenciará esta Conferencia de las Partes (COP)?
Es especial porque los objetivos, en comparación con otras COP, son menos evidentes. Debemos entender que se trata de una nueva fase: los diez años transcurridos desde el Acuerdo de París han dado muchos resultados.
Pero también entendemos que la mayoría de la gente está frustrada por el ritmo de los avances en la lucha contra el cambio climático. Por eso, nos centramos tanto en la idea de implementar acciones y en cómo podemos traducir eso en algo que la gente entienda.
Esta COP también debería ser especialmente diversa porque se celebra en la Amazonía, en una sociedad muy diversa que se enfrenta a los retos de la pobreza y la gran desigualdad, pero que también cuenta con ciencia de alta calidad y muy buenos empresarios. Brasil es un poco como un mundo en miniatura.
El presidente de la Alianza de los Pequeños Estados Insulares dijo que tal vez tengan que reducir sus delegaciones por los costes prohibitivos del alojamiento en Belém. ¿Cómo abordará esta cuestión?
Necesitamos inclusividad, necesitamos que vengan, y no podemos imaginar una COP más pequeña por cuestiones de alojamiento. Tenemos que conseguir habitaciones y estamos haciendo todo lo posible para ello. De lo contrario, la COP tendría realmente un problema de legitimidad.
¿No eclipsa este problema logístico lo realmente importante?
Brasil ha elegido una ciudad que no es la primera opción en términos de infraestructura, eso es cierto… Pero creemos que Belém también tiene un simbolismo muy poderoso.
Creo que podemos superar la mayoría de estas dificultades para que esta COP sea realmente excepcional, con resultados muy sólidos y delegados que se sientan cómodos en una ciudad que tiene enormes cualidades.
¿Por qué han puesto tanto énfasis en la «agenda de acción«, basada principalmente en compromisos voluntarios de empresas y estados?
Muchas personas interpretan esta agenda como algo paralelo a las COP, lo que podría considerarse como una distracción. Pero hemos decidido convertirla en una herramienta de implementación.
¿Pero eso no será a expensas de compromisos vinculantes en las negociaciones?
Estamos trabajando a partir de lo que ya se ha decidido por consenso entre los países. Pero para la implementación no necesitamos consenso: algunos países tomarán una dirección, otros otra. Algunos sectores pueden comprometerse a cosas que el país en su conjunto no puede prometer.
Hemos revisado las más de 400 iniciativas anunciadas desde el inicio de la agenda de acción (en 2021) para asegurarnos de que estamos construyendo sobre lo que ya se ha hecho en lugar de reinventarla.
La COP28 concluyó con un acuerdo para abandonar los combustibles fósiles. ¿Se establecerán plazos específicos para el petróleo y el gas? ¿Y es Brasil —donde Lula quiere explorar petróleo cerca de la desembocadura del Amazonas— el mejor lugar para estos debates?
Todos acordamos que cada país tendrá su propia forma de hacerlo, y las empresas tendrán su propia forma de contribuir. Es mucho más importante tomar medidas adicionales que redactar nuevos textos.
Dicho esto, esta cuestión ocupa un lugar muy importante en la agenda de Brasil, ya que el país es un campeón en las energías renovables. Al mismo tiempo, no solo nos hemos convertido en un importante productor de petróleo, sino que también tenemos potencial para nuevos descubrimientos.
Por lo tanto, este debate dentro de Brasil es muy importante. Y es un debate que, por supuesto, interesa a todo el mundo.