Samsung es uno de los gigantes tecnológicos más imponentes del mundo, con hazañas bajo su brazo como haber lanzado al mercado uno de los primeros smartphones plegables de la historia (Galaxy Z Fold) o, algo que he descubierto recientemente, construir el edificio más grande de nuestro planeta (Burj Khalifa) a través de su filial Samsung C&T Corporation.
Hace pocos meses también se llevaba todos los flashes su nuevo Samsung Galaxy S25 Edge, uno de los pioneros en la incipiente categoría de los móviles ultrafinos que, tras su llegada a España, pudimos probar en 20bits.
Ahora, en plena IFA, la gran feria de tecnología de consumo que se celebra en Berlín, la tecnológica coreana ha mostrado una de sus últimas y más impresionantes innovaciones: el primer televisor Micro RGB del mundo.
Lanzado hace apenas tres semanas en Corea, se basa en la tecnología Micro RGB patentada por Samsung, que dispone micro LED RGB rojos, verdes y azules controlados individualmente, cada uno de menos de 100 µm de tamaño —es decir, 1000 veces más pequeño que un milímetro—, en un patrón ultrafino detrás del panel.
Y no es un panel cualquiera: de momento, la compañía va a comercializar este innovador televisor en 115 pulgadas. Aunque el objetivo a largo plazo es llevar esta novedad también a las pequeñas pantallas, como ha ido ocurriendo con el resto de las tecnologías que los fabricantes han logrado dominar.
¿Cómo funciona la tecnología Micro RGB?
A diferencia de la retroiluminación convencional, esta arquitectura permite un control preciso de cada LED RGB rojo, verde y azul. ¿Por qué?
En la retroiluminación convencional (la de un televisor LED clásico o incluso Mini LED), la luz blanca de la parte trasera de la pantalla suele generarse con LEDs azules y fósforo amarillo. Esa luz se filtra luego a través de filtros de color (rojo, verde, azul) para crear la imagen. El problema es que la fuente de luz no se controla de manera independiente por color: la retroiluminación es global o, en el mejor de los casos, segmentada por zonas (local dimming).
Imagina que un televisor es como un teatro con focos que iluminan el escenario.
- En los televisores que hasta ahora dominan en la mayoría de las casas (LED o Mini LED), casi todos los focos dan luz blanca y para que en el escenario haya rojo, verde o azul hay que poner filtros de colores delante de esa luz. Eso funciona, pero no es perfecto, porque los focos no saben encenderse o apagarse de un color concreto: todos alumbran a la vez, y a veces se pierde intensidad o se mezclan mal.
- En cambio, con la tecnología Micro RGB de Samsung, cada foco pequeñito ya es de un color: rojo, verde y azul. Así, el televisor puede decidir exactamente cuánto rojo, cuánto verde y cuánto azul usar en cada puntito de la pantalla.
Es como si en vez de tener un foco blanco con papeles de colores delante, tuvieras tres pinceles de luz pintando directamente cada parte de la imagen.
De esta manera, los colores se ven más vivos, los negros más oscuros y los detalles mucho más claros, produciendo imágenes increíblemente vívidas, con una precisión de color excepcional y un realismo que, según Samsung, no se había logrado hasta ahora.
Además, el televisor funciona con el motor Micro RGB AI de Samsung, que procesa tanto la imagen como el sonido con inteligencia artificial para mejorarla: “Analiza cada fotograma en tiempo real y optimiza automáticamente la salida de color para obtener una imagen más realista y envolvente”, explica la compañía. Entre otras cosas, reconoce las escenas con tonos de color apagados y mejora de forma inteligente los colores en todo el contenido.
La pantalla, de hecho, ha sido certificada por VDE, organismo alemán de pruebas y certificación, por su éxito a la hora de representar el color Micro RGB con una precisión sobresaliente. Además, alcanza el 100% de la gama de colores BT.2020, el estándar más amplio utilizado en la industria audiovisual, lo que garantiza una reproducción fiel de los tonos en películas, series y videojuegos.
Yo he podido verla en directo en IFA y ciertamente es abrumadora en el mejor sentido posible, con una capacidad inmersiva que hipnotiza.
Adiós a los reflejos
Este panel no solo reproduce con altísima fidelidad los colores de la imagen, también es mucho más cómodo mirarlos. Esto es posible gracias a Glare Free, la tecnología antirreflectante patentada por Samsung y certificada UL (Underwriters Laboratories) que minimiza los reflejos de las luces de la habitación, como las lámparas, e incluso la luz solar.
Este tipo de panel no solo es más amable con tu vista, sino que también permite reproducir negros profundos, un contraste inmersivo y una experiencia de visionado más nítida en cualquier entorno.
IA a golpe de mando a distancia
La guinda del pastel la pone la inteligencia artificial. Este televisor incorpora Samsung Vision AI, un sistema que convierte la pantalla en el centro inteligente del hogar. Como ya comentaba antes, gracias a su motor de IA, el dispositivo ajusta de forma automática la imagen y el sonido según el contenido y la luz de la habitación, garantizando siempre el mejor resultado.
Pero va mucho más allá: con funciones como Live Translate, traduce y subtitula conversaciones en tiempo real; con Click to Search, permite obtener información en pantalla sin interrumpir lo que estás viendo; y con Generative Wallpaper, crea fondos personalizados a partir de simples palabras clave. Además, es compatible con SmartThings, detecta ladridos de mascotas cuando no estás en casa e incluso puede controlarse con gestos desde un Galaxy Watch.
Vision AI también abre la puerta a un ecosistema más amplio, integrando agentes externos: Gemini, Microsoft Copilot y Perplexity. Todo ello se maneja de manera sencilla desde el mando a distancia mediante comandos de voz naturales, sin necesidad de aprender órdenes rígidas.
Precio y disponibilidad
Tras su debut en Corea, el Micro RGB de Samsung se lanzará en Estados Unidos, con planes de comercialización a nivel mundial en una variedad de tamaños.
Según la hoja de ruta de la marca, a España llegará a finales de 2025. Eso sí, no es un producto para el público general: en su versión inicial de 115 pulgadas, el precio de este televisor será de 27.000 euros.