Cuarenta años hacía que una mujer no bajaba de los 48 segundos en los 400 metros y Sydney McLaughlin-Levrone deslumbró el jueves con la segunda mejor marca de la historia (47.78), con lo que inevitablemente el récord de Marita Koch (47.60) empieza a tambalearse.
Esa plusmarca, conseguida en 1985 en Canberra (Australia), es uno de los tiempos bajo sospecha por muchos, logrados por una atleta que representaba entonces a la Alemania Oriental (RDA), y es una frontera a la que nadie se había acercado en cuatro décadas.
El jueves, en la final mundial de la vuelta de pista en Tokio, tanto ella como la dominicana Marileidy Paulino (47.98) bajaron de los 48 segundos y las dos apuntan al mismo objetivo.
Ya doble campeona olímpica (2021, 2024), campeona del mundo (2022) y plusmarquista mundial de 400 metros vallas (50.37), McLaughlin-Levrone (26 años) sorprendió este año apostando por la conquista de los 400 metros planos y el resultado ha dejado con la boca abierta a todos.
«Es la mejor atleta femenina de la historia del atletismo«, sentencia en declaraciones a la AFP Laurent Meuwly, entrenador de la neerlandesa Femke Bol, gran rival de la estadounidense en los 400 metros vallas.
En una carrera casi perfecta, ‘SML’ terminó a apenas 18 centésimas de segundo del viejo récord mundial de Koch, que ya ha dejado de ser considerado imbatible.
«Es un inmenso honor. Sabía que podía correr hoy rápido, sabía que podía conseguir algo grande», admitió la atleta de Nueva Jersey tras su hazaña tokiota.
– Pocas competiciones –
Desde 1985, la plusmarca de Koch estaba en otra dimensión y antes de este Mundial lo más cerca que alguien se había aproximado fue la bareiní Salwa Eid Naser con 48.14 en 2019, antes de ser suspendida de 2021 a 2023 por faltas a sus obligaciones de estar localizable para controles antidopaje.
La misión era tan difícil que para muchos era una locura la decisión de McLaughlin-Levrone de autoprivarse de los 400 metros vallas para tratar de conquistar los 400 metros planos.
El resultado, una final apoteósica en la que Paulino firmó con su 47.98 la tercera mejor marca de la historia para ser plata y Naser fue bronce con 48.19, noveno mejor crono de todos los tiempos.
Pero al contrario que Paulino y Naser, McLaughlin-Levrone apenas compitió en el circuito internacional de los 400 metros este año.
«Lo que es muy fuerte en el caso de McLaughlin es su capacidad, con muy pocas competiciones, de tenerlo todo listo para que las cosas funcionen perfectamente en el momento importante«, analiza el suizo Laurent Meuwly.
– ¿Doblete en los JJOO? –
«No le gusta mucho viajar para ir a competir aquí o allá. Limita eso todo lo que puede. Y le sigue funcionando, así que no creo que vaya a cambiar el plan en los próximos años», estima el preparador de Bol.
- En 2025, la atleta estadounidense, que entrena en Los Ángeles a las órdenes de Bob Kersee, ha modificado algo sus planes.
Participó, antes de su cancelación prematura, en las reuniones del nuevo circuito Grand Slam Track, donde tuvo que alinearse en disciplinas que controla menos, desde los 100 a los 400 metros, pasando por los 100 metros vallas.
Para el Mundial de Tokio repitió la apuesta que había hecho dos años antes para el Mundial de Budapest, la de centrarse al 100% en los 400 metros, pero entonces no pudo cumplirla porque se lesionó antes de la competición.
Pensando en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, McLaughlin-Levrone dejó la puerta abierta a un doblete 400-400 m vallas.
«Podría participar en las dos pruebas, pero necesitaría unos días de descanso entre una y otra», aclaró el jueves, condicionando todo al programa del evento.
- Esa distancia entre las dos pruebas no existió, por ejemplo, el año pasado en los Juegos Olímpicos de París.
Un doblete así sería algo inédico en unos Juegos Olímpicos y especialmente complicado porque tendría que correr seis carreras en ocho días.
«Si decide intentar ese doblete en Los Ángeles, probablemente no sería para conseguir récords del mundo en las dos disciplinas, sino para llevarse los oros», vaticina Meuwly.