Los fanáticos de los Blue Jays cambiaron la ansiedad por euforia, y el rastreo de vuelos por cánticos desafiantes.
Durante el noveno episodio del Juego 1 de la Serie Mundial, los gritos de “We don’t need him!” (¡No lo necesitamos!) resonaron en el Rogers Centre mientras Shohei Ohtani tomaba turno al bate.
Era el reflejo de una afición exultante tras el triunfo 11-4 de su equipo ante los Dodgers de Los Ángeles, que dejó a Toronto a tres victorias de su primer título en 32 años.
Ohtani recibió base por bolas y casi fue puesto out en primera, pero el mensaje de la grada fue claro: el club y su gente se han liberado de la vieja herida de diciembre de 2023, cuando la estrella japonesa rechazó a los Blue Jays para firmar con los Dodgers, después de que todo un país creyera tenerlo en la mano.
Del desencanto a la revancha
Hace menos de dos años, la “Operación Ohtani” movilizó al béisbol canadiense como nunca antes. La ilusión terminó en decepción cuando el jugador publicó en su Instagram el azul de los Dodgers, dejando a un millón de corazones rotos en Toronto.
El mánager John Schneider ha sabido convivir con esa herida. En tono de humor, llegó a pedir públicamente que Ohtani devolviera la gorra y la chaqueta para perros que recibió durante su visita al complejo del equipo. Pero tras la victoria del viernes, prefirió no encender más la rivalidad.
“Solo quería conseguir el tercer out”, dijo Schneider. “Me encantan las aficiones apasionadas. Ohtani es un jugador especial y me alegra que su jonrón llegara cuando ya teníamos ventaja. Nuestros fanáticos están entregados a este equipo, y eso se siente”.
Respeto entre rivales
Ni George Springer ni Vladimir Guerrero Jr. quisieron alimentar la polémica. Springer sonrió al ser consultado y respondió con diplomacia:
“Ese es Shohei Ohtani… uno de los mejores de la historia. Pero nosotros somos lo que somos como equipo”.
Guerrero también evadió la controversia:
“No escuché nada de eso. Estaba concentrado en conseguir los tres outs. Los fanáticos siempre nos van a apoyar”.
Una ciudad que se sacude el pasado
La saga Ohtani-Toronto se ha convertido en una especie de mito urbano: una historia de amor no correspondido que aún provoca risas nerviosas y gestos de revancha. Después de años de frustraciones en postemporada, la ciudad necesitaba una catarsis, y el Juego 1 se la dio.
El infielder Ernie Clement lo resumió sin dramatismo:
“Tenemos a los muchachos que tenemos, y han hecho un trabajo increíble. No necesitamos más ni menos”.
El desafío continúa
Ohtani volverá a tener su turno —ya sea con el bate o desde el montículo—, y los Dodgers aún son los grandes favoritos. Pero en la primera batalla, los Blue Jays y su afición ganaron algo igual de importante: la sensación de que, al fin, dejaron atrás la vieja sombra del japonés.
Por ahora, Toronto puede gritarlo sin culpa:
“¡No lo necesitamos!”


