La entrevista es el género periodístico de mayor profundidad de la comunicación, ya que aporta nuevo contenido dentro de la misma noticia. Es una confesión entre el periodista y el entrevistado.
Sin embargo, en esta época de las “Redes Sociales” vemos como después de un juego de béisbol, un batallón de comunicadores, influencers y reporteros buscan la reacción del héroe de la victoria, pero en esa hemorragia de preguntas siempre hay una que sobresale: ¿Cómo te sientes con este triunfo?
La respuesta se resume a un “bien”, o un “feliz” y ahí se pierde la esencia de la entrevista.
Esa etapa del periodismo que vivimos hoy, me hizo recordar al lanzador Steve Carlton quien no hablaba con periodistas, incluso rechazó una exclusiva con Barbara Walters que le ofreció US$25 mil dólares.
Cuando los Filis de Filadelfia ganaron la Serie Mundial en 1980, Carlton no habló. Cuando ganaron un banderín tres años después, él estaba mudo. Cuando ganó su juego número 300, no tenía nada que decir. No habló en absoluto después de los últimos tres de sus cuatro premios Cy Young.
Por lo general, hay algunos atletas que simplemente no hablan con algunos cronistas que no les gustan por algún motivo o crítica, (caso Ted Williams), pero Carlton no hablaba con nadie, ni siquiera con Tim McCarver que fue su receptor y amigo durante muchos años y luego de su retiro era comentarista de CBS en televisión.
Cuando la curva de los años le pasó factura —en 1986 con récord de 9-14 y en 1987 con 6-14— desaparecieron los aplausos en las gradas, pero Carlton no se retiraría y tuvo que ser despedido. Tampoco dijo nada a la prensa.
Las teorías sobre el motivo del silencio de Carlton con los periodistas han sido muchas. Unos insisten en que Carlton dejó de hablar después de haber recibido ácidas críticas de los medios que él consideró un abuso luego de un pobre desempeño en 1970 cuando tuvo récord de 10-19 con los Cardenales de San Luis. Consideraron que estaba acabado. Otra teoría señala que Carlton no resistía las preguntas estúpidas.
Cualquiera que sea la razón, la herida fue lo suficientemente profunda como para dejarlo mudo. Y en su obstinado silencio, fue consecuente.
Cuando fue electo en 1994 al Salón de la Fama de Cooperstown con el 95,8 por ciento de los votos de la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos, Carlton eludió la atención de los cronistas y en una nota escrita de su mano expresó: “No creo que me sienta cómodo aceptando premios. No es mi naturaleza. Realmente no me gusta esto. A algunas personas les gusta esto y terminan en Hollywood. Ese no soy yo”.
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En 1949, Jackie Robinson se convirtió en el primer jugador negro en ser electo Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
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En 1966, Sandy Koufax con récord de 27-9 y 1.73 de efectividad anunció su retiro.
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En 1986, Licey derrota 4-3 a los Toros, donde Pintacora de los Santos lanzó dos episodios para anotarse el salvamento y empató con Chichí Olivo con 335 juegos jugados.
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En el 2005, Eddy Garabito (Toros) batea de 4-1 y extiende a 10 su racha de juegos seguidos dando de hit y Ángel Peña de 3-1 para llevar también a 10 su racha, la más larga en ese momento del torneo.


