El Gobierno dominicano anunció ayer que autorizó de manera temporal y bajo estrictas restricciones el uso de espacios limitados en la Base Aérea de San Isidro y en el Aeropuerto Internacional de Las Américas para operaciones logísticas de aviones de reabastecimiento, transporte de equipos y personal técnico de los Estados Unidos, como parte de un esfuerzo conjunto contra el narcotráfico en el Caribe.
El presidente Luis Abinader informó que esta medida se adopta dentro de los marcos legales vigentes —el Acuerdo de Interdicción Marítima y Aérea firmado en 1995 y el Protocolo de Enmienda de 2003— que regulan la cooperación en operaciones de vigilancia aérea y marítima. Ambos instrumentos exigen autorización previa y acompañamiento directo del Ministerio de Defensa y de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) en cualquier acción.
El mandatario explicó que el permiso “tiene un alcance técnico, limitado y temporal” y que se orienta exclusivamente a fortalecer el “anillo de protección aérea y marítima” mantenido por las Fuerzas Armadas frente al auge del crimen organizado transnacional. “Esto no disminuye la soberanía nacional; la fortalece”, afirmó.

Abinader recibió al secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, cuya visita se enmarca en la ampliación de la cooperación bilateral en seguridad regional, comercio y migración. Destacó que la lucha contra el narcotráfico ha sido una prioridad compartida por varios gobiernos locales y que, desde 2020, gracias al trabajo conjunto con EE. UU., el país ha decomisado casi diez veces más drogas por año que en la década precedente.
También agradeció a Washington el apoyo a la candidatura del dominicano Leandro José Villanueva para dirigir la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).
Abinader sostuvo que el país enfrenta “una amenaza real que no reconoce fronteras”, y que la cooperación internacional es indispensable para eliminar la ruta del narcotráfico. “Ningún país puede ni debe enfrentarla sin aliados”, afirmó.
El Gobierno insistió en que las operaciones autorizadas se realizarán bajo supervisión dominicana, con personal dominicano presente en cada fase y sin facultar acciones militares ofensivas. Se trata —según la explicación oficial— de operaciones de apoyo logístico que permiten aumentar la vigilancia, mejorar la capacidad de respuesta y cerrar rutas utilizadas por cárteles con presencia en toda la región.
“Actuamos con responsabilidad, transparencia y absoluto respeto a nuestra Constitución”, concluyó el presidente, reiterando que el objetivo es garantizar seguridad a la población y reducir de manera drástica la influencia del narcotráfico en el país.

Venezuela responde
Horas más tarde, el ministro de Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, consideró como una “locura imperial” que Dominicana autorice a EE. UU. a utilizar de manera “provisional” los aeropuertos.
“En las locuras imperiales, ellos todos los días nos amenazan, todos los días inventan una cosa y si no la inventan la reciclan. A mí me dan ganas de reír que hoy veo que el presidente de República Dominicana (Abinader) autoriza los vuelos estadounidenses. No habían nacido ustedes y ese aeropuerto les pertenecía a los gringos. Pero ellos reciclan”, dijo Cabello en su programa semanal ‘Con el mazo dando’.
La llegada de Pete Hegseth al Aeropuerto Internacional de las Américas conllevó un amplio dispositivo de seguridad. El anuncio de su visita hecho por el presidente Luis Abinader el lunes motivó a decenas de periodistas a acudir a la terminal para cubrir su arribo.
La prensa solo pudo avanzar hasta donde lo permitieron los controles. Primero, pasar por los protocolos habituales del aeropuerto, escáneres y detectores de metales. Luego, un segundo filtro, más riguroso, reforzado por perros entrenados para identificar cualquier amenaza potencial. Mientras agentes revisaban el perímetro y los equipos de comunicación captaban el movimiento en la pista, el reloj marcó las 12:30 del mediodía. Faltaban minutos para el aterrizaje programado a la 1:00 de la tarde.
Finalmente, a la 1:18, llegó el C-32 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. La actividad aumentó con el descenso de agentes de seguridad extranjeros que cargaron numerosas maletas hacia los vehículos de la escolta. Desde allí, Hegseth se trasladó al Palacio para la rueda de prensa con Abinader. El alto funcionario de EE.UU. permanece hasta hoy en el país. Ayer sostuvo un encuentro con el ministro de Defensa y hoy tendrá reuniones privadas.


