La embajadora de los Estados Unidos en la República Dominicana, Leah F. Campos, afirmó que la inestabilidad en Haití representa un riesgo directo para la seguridad dominicana y para la de su país.
Durante un discurso ante la Cámara Americana de Comercio, indicó que su gestión trabajará con el Gobierno dominicano y con el sector privado para identificar medidas que contribuyan a mitigar los efectos de la crisis haitiana sobre la frontera.
Campos señaló que, en el pasado reciente, la política migratoria estadounidense tuvo efectos en cadena sobre la región y mencionó que en la administración de Joe Biden (2021-2025) se ejerció presión para que la República Dominicana mantuviera abierta su frontera con Haití en momentos de alta tensión.
A partir de ese planteamiento, estableció un paralelismo entre la situación en la frontera dominico-haitiana y los desafíos que enfrenta Estados Unidos en su frontera sur, ambos marcados por flujos migratorios irregulares y por la acción de redes del crimen organizado.
La diplomática afirmó que, con el cambio de administración en Washington, se restablecieron medidas estrictas de control fronterizo, entre ellas el cierre de la frontera sur y el aumento de deportaciones, y sostuvo que ese enfoque guía ahora la cooperación bilateral en materia de seguridad y control migratorio.
De sus declaraciones se desprende que la administración Trump no presionará a la República Dominicana para modificar su política migratoria respecto a Haití. Por el contrario, la embajadora enmarcó la actual relación bilateral en una coincidencia plena sobre la importancia del control fronterizo, la defensa de la soberanía y la necesidad de adoptar medidas firmes para enfrentar los riesgos derivados de la inestabilidad haitiana.
“El presidente Trump cree plenamente en la soberanía y la seguridad fronteriza, y mi embajada reflejará esa creencia en todo lo que hagamos”, enfatizó Campos en su primer discurso como líder de la misión estadounidense ante la Cámara Americana de Comercio (Amchamdr), que contó con la asistencia de la primera dama de la República Dominicana, Raquel Arbaje.
Reiteró que está dispuesta a encontrar soluciones con el sector público y privado que mitiguen la amenaza y contribuyan a la estabilización del vecino país. “La meta sería que los haitianos puedan vivir y disfrutar de su país -uno que sea pacífico y seguro-, que también se lo merecen”, remarcó.
Cierre de la USAID
Campos aseveró que el cierre de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) -disuelta desde julio de este año- va a permitir a la embajada entablar una política exterior sin “imperalismo cultural”, debido a que esta entidad operaba “como una oenegé independiente” de la política exterior del departamento de Estado.
“Yo estaba esperando que eso pasara desde hace años”, resaltó Campos, quien indicó que su misión seguirá impulsando proyectos de desarrollo y cooperación, pero de una manera contundente, respetuosa y sin influir en la soberanía dominicana.

Política exterior
Campos indicó que la política exterior de su país está sustentada en la promoción de la seguridad, la fortaleza y la prosperidad como pilares fundamentales.
Indicó que ambas naciones trabajarán mano a mano para proteger la región del narcoterrorismo, del lavado de activos y de los ciberataques, a la vez que promoverá la búsqueda de oportunidades comerciales que beneficien a ambos estados.
La frontera entre República Dominicana- y Haití fue cerrada por el Gobierno dominicano el 15 de septiembre de 2023, implicó la suspensión del paso por tierra, aire y mar. La medida fue adoptada en respuesta a una disputa por la construcción del canal en territorio haitiano que modificaría el curso del río compartido (río “Masacre” o “Dajabón”). Posteriormente, el paso fue parcialmente reabierto para el comercio esencial (alimentos, medicinas), mientras se mantienen restricciones para migración.


