Elementos de inteligencia de las distintas corporaciones de seguridad, como la Fuerza Civil del estado de Veracruz, Policía Federal y del Ejército Mexicano han identificado a 2 hombres, presuntos líderes del narcotráfico, como responsables de la matanza de 14 personas durante una fiesta en el municipio de Minatitlán, Veracruz.
Se trata de Jesús «N», alias «El Lagarto» o «El Jarocho», supuesto jefe de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en el municipio; también se identificó a Adrián «N», apodado «El Pelón», presunto lugarteniente del CJNG en el estado, como responsables de perpetrar la masacre del pasado viernes, donde entre los fallecidos se cuenta a un bebé de 1 año.
Fuentes cercanas a los operativos especiales que se han extendido a varios municipios de Veracruz para la captura de los asesinos, informaron que están en una «cacería» para capturar a los responsables del hecho violento.
El 19 de abril, aproximadamente a las 9 de la noche personas armadas irrumpieron en una fiesta que se realizaba en la palapa «Los Potros», en Minatitlán, y abrieron fuego matando a 14 personas.
Según testigos, los hombres llegaron preguntando por la dueña del salón de fiestas, una mujer transgénero conocida como «La Becky», cuando comenzaron a disparar.
El móvil del asesinato de las 14 personas apunta al incumplimiento al pago del cobro de piso por uno de los negocios de » La Becky», un bar de nombre «La esquina del Chacal», a unos metros en donde ocurrió el ataque.
A través de las redes sociales circula una fotografía supuestamente de «El Lagarto» o «Mataniños», presunto de la masacre. También de José Roberto Sánchez, apodado «Comandante 80», quien es señalado de ser el encargado del Cártel Jalisco Nueva Generación en Veracruz.
Este último, el «Comandante 80», fue agente del Ministerio Público en Acayucan, Veracruz, cuando Javier Duarte era gobernador del estado, hoy es líder del cártel de «El Mencho».
El evento estaba programado para concluir a las 22:00 horas, sin embargo, una hora antes, por lo menos 6 sujetos, irrumpieron en el recinto, ubicado en el callejón 5 de Septiembre esquina con 1ro de Mayo de la Colonia Obrera, a un costado de uno de los accesos a la Refinería.
Mientras el tecladista tocaba «La vida es un carnaval», de Celia Cruz, hombres y mujeres que se hallaban en el lugar comenzaron a buscar refugio para evitar que las balas, provenientes de armas largas, les quitaran la vida.