Son ya casi tres años desde que Werner Baumann es jefe de Bayer. En mayo de 2016 asumió el cargo de CEO de la firma, y desde entonces la adquisición de la estadounidense Monsanto es, con mucho, el tema más importante que ha debido enfrentar.
El antecesor de Baumann, Marijn Dekkers, no estaba en contra de la compra de Monsanto, pero no quería ser responsable de ella. Baumann actuó de otra forma: apenas asumió hizo la primera oferta. Al final se realizó la compra y ahora Baumann está frente a un conflicto latente.
Al menos así lo ven algunos accionistas, que expresaron su malestar en la junta general que se realizó en el Centro de Congresos de Bonn, en Alemania. «Señor Baumann, ¿qué hizo con nuestra compañía?», preguntó Joachim Kregel, de la Comunidad de Protección de los Inversionistas. En el período de Dekkers, Bayer se convirtió en la empresa más valiosa de Alemania. Desde esa época dorada, el precio de las acciones se ha reducido a la mitad.
«El alguna vez gigante farmacéutico se ha convertido en un enano», reclamó Ingo Speich, de Deka-Investment. Y Marc Tüngler, de la principal asociación de inversionistas, incluso habló de una pesadilla. «Nunca antes una compañía Dax había perdido tanto valor y reputación de forma tan rápida», explicó.
Le rebotan las críticas
Antes, Werner Baumann había estado casi una hora intentando explicar por qué fue una buena idea invertir 63 mil millones de dólares en Monsanto. Esa gestión hace de Bayer la empresa agrícola líder del mercado, sostuvo. Ya sea en semillas, protección de cultivos, biotecnología o agricultura digital, Bayer y Monsanto se complementan a la perfección y pronto eso valdrá la pena en términos financieros, afirmó, prometiendo ingresos adicionales de 1.000 millones de euros a partir de 2022 gracias a esta sinergia.
Todo esto como si no estuviera el asunto del glifosato sobre la mesa. Monsanto lanzó el herbicida en 1970 y ganó mucho dinero. La expiración de su patente, sin embargo, hace que actualmente Monsanto no sea el único fabricante, sino solo el más famoso. Y después de que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificara al glifosato como posible cancerígeno en 2015, antes de la compra de Monsanto, los usuarios del producto que enfermaron de cáncer acudieron a los tribunales, especialmente en Estados Unidos, y especialmente contra Monsanto. Desde entonces, el total de demandantes ha llegado a los 13.400.
¿Qué tan caros serán los procesos?
Si bien no hay sentencias a firme todavía, sí hay dos decisiones en primera instancia. El estadounidense Dewayne Johnson, que sufre de un cáncer en etapa terminal, ganó una indemnización de 80 millones de dólares. La misma suma deberá recibir Edwin Hardemann, ordenó un jurado en marzo.
Dos demandas de 13.400, y costos para Bayer de 160 millones de dólares. El jefe de la firma enfatizó ante los accionistas que no aceptará semejante deriva. «Sentimos una enorme compasión por los señores Johnson, Hardemann y sus familias», dijo Baymann, «pero los productos basados en glifosato no son las razones por las que ellos padecen sus enfermedades».
En ambos casos Bayer apeló y tiene esperanzas de que en esta oportunidad se tomen «otras decisiones». La empresa se basa en numerosos estudios y en el hecho de que las autoridades de todo el mundo han aprobado el uso del herbicida.
Poder de las emociones
Las imágenes tienen un poder simbólico enorme. Ahí tenemos el ejemplo de Dewayne Johnson llorando mientras muestra su piel destruida por el cáncer. Eso ha generado que una empresa que produce medicamentos contra el cáncer, como Bayer, ahora se vea envuelta en esta polémica por culpa de Monsanto.
«La administración ha infectado al saludable grupo Bayer con el virus Monsanto», dijo Ingo Speich, de Deka-Investment. Monsanto no solo es conocido por el glifosato, sino que también está acusado de obligar a los agricultores a depender de la combinación de herbicidas y plantas modificadas genéticamente. Se dice que en India se han suicidado miles de agricultores que no podían solventar el creciente costo de las semillas y pesticidas patentados.
Baumann no se dejó impactar. «Se nos dice, en el contexto de Monsanto y el glifosato, que nos hemos concentrado demasiado en los hechos, sin prestar demasiada atención a las emociones». Sin embargo, apuntó, el herbicida cuenta con las autorizaciones respectivas que muestran que es inofensivo, «y eso se decide sobre la base de análisis científicos, no sobre la base de las emociones», agregó.
Apoyos cruzados
Werner Wenning, ex presidente ejecutivo de Bayer y hoy presidente del Consejo de Supervisión, respaldó firmemente a Baumann. Aseguró que la gerencia no evaluó mal los riesgos de adquirir Monsanto. La compra será buena para Bayer, el tiempo lo demostrará, sostuvo.
Cuántos miles de millones costarán los juicios abiertos en Estados Unidos es un tema que está por verse. Por ahora, el grupo ha reservado solo 600 millones de euros para enfrentar ese escenario, pese a que algunos accionistas estiman costos por unos 15 mil millones.
Como sea, incluso los más duros opositores a la actual directiva adelantaron que no buscan abrir discusiones personales o exigir la renuncia de los directores. Dada la situación, no es un lujo que la firma pueda permitirse, porque un cambio de ese tipo afectaría al funcionamiento diario de la compañía.
Fuente: dw.com