Emplear recursos en la promoción de un entorno laboral saludable genera múltiples beneficios para las empresas. Implementar políticas que incentiven la práctica deportiva, señala el informe “Productividad y empresa saludable”, elaborado en 2013 por el Centro Internacional de Investigación de Organizaciones (IRCO) y el IESE Business School, reduce el absentismo e incrementa la productividad. Además, agrega Carolina Leiva, mercadóloga, runner coach y entrenadora de grupos empresariales, mejora el clima laboral, el compromiso y la motivación individual.
1. Según el informe “Productividad y empresa saludable”, los trabajadores físicamente activos permanecen de baja, en promedio, 4.2 días por año, frente a los ocho de los empleados sedentarios.
2. A nivel individual, detalla Carolina Leiva, los programas de salud laboral ayudan a la construcción de objetivos personales y aumentan la seguridad en sí mismos.
3. Por la liberación de endorfinas, la práctica deportiva produce una sensación de bienestar que ayuda a mejorar las relaciones entre compañeros de trabajo. Además, señala Leiva, reduce los niveles de burnout (estrés crónico) y de intención de abandono de la empresa.
4. El estudio mencionado explica también que los procesos fisiológicos desencadenados con la práctica de deportes conllevan a un aumento en los niveles de concentración del empleado, lo que incrementa su productividad.
5. Asimismo, las empresas pueden explotar aspectos publicitarios para lograr beneficios; por ejemplo, haciendo camisetas con la marca para ser usadas por sus empleados en eventos deportivos. Así obtienen un retorno del dinero invertido.
6. Las ventajas descritas se multiplican cuando se compite contra otras compañías. Los torneos celebrados entre diferentes empresas “potencian la cohesión, la convivencia y la motivación; fomentan las relaciones interpersonales dentro de la empresa; desarrollan el sentimiento de pertenencia y espíritu corporativo; estimulan el espíritu de superación, concentración, esfuerzo y rendimiento, y ofrecen una nueva dimensión en la comunicación interna”, explica la entrenadora Leiva.
“La práctica deportiva reduce los niveles de estrés crónico e intención de abandono de la empresa”
Carolina Leiva
Cuando los empleados están enfermos, la productividad en el trabajo desciende. Si el empleado enfermo no puede ir al trabajo, se generarán costes relacionados con el absentismo. Si acude al trabajo, a pesar de estar enfermo, se produce un fenómeno llamado “presentismo”, y la productividad se resiente. De cualquier modo, el empleador tiene un coste.
En sus marcas, listos, ¡a trabajar!
Para empezar a implementar políticas de salud laboral, lo ideal sería que cada empresa tuviese un espacio destinado al deporte entre sus empleados. En caso de no ser posible, una solución puede ser que la compañía llegue a un acuerdo con un complejo deportivo cercano al lugar de trabajo. “Otra opción es la creación de grupos de práctica deportiva. Por ejemplo, el club de la caminata, de runners, etc. De este modo, los empleados se organizan en función de sus gustos e intereses”, indica Leiva. Además, si se quiere fomentar la práctica deportiva fuera de la jornada laboral, se puede patrocinar a colaboradores que participan en competiciones populares.