Más de una treintena de representantes de ciudades iberoamericanas comenzaron este martes un congreso en Bogotá para intercambiar ideas sobre urbanismo y cuidado con la intención de “planificar bien para que cuando toque improvisar, se pueda improvisar”.
Bajo ese lema, se dio comienzo en la capital colombiana al XXIV Congreso del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU), que reúne a autoridades municipales y otros actores que debatirán y compartirán durante tres días sobre las estrategias que impulsan las ciudades cuidadoras.
“Necesitamos planificar bien para cuando toque improvisar —que tocará—, se pueda improvisar”, aseguró Laura Pérez, secretaria general de este organismo interurbano con 30 años de experiencia.
Esta alianza, que promociona formación para los gobernantes y administradores urbanos y una plataforma de intercambio de estrategias, nació en un “momento en que algunas ciudades dejaron de pensar en la inmediatez (…) y se empezó a profundizar en estas alianzas para pensar en el medio y en el largo plazo”, añadió Pérez, que es también cuarta teniente de la alcaldía de Barcelona.
Y durante estos más de dos años de pandemia, estas alianzas y esa planificación a largo plazo, de ciudades que invirtieron en sistemas de salud sólidos o en redes ciudadanas fornidas, se han demostrado fundamentales.
DE ZARAGOZA A BOGOTÁEl XXIV
Congreso de CIDEU, que comenzó ayer, aunque se haya inaugurado este martes, y se alargará hasta mañana, servirá también para que la ciudad española de Zaragoza, al mando del alcalde Jorge Azcón, que no pudo asistir, le pase la presidencia de esta institución a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.
Ambas ciudades han destacado precisamente el reto que ha supuesto la pandemia: “Hemos visto cómo nuestros presupuestos ya de por sí insuficientes se han visto mermados”, destacó la consejera de Economía, Innovación y Empleo del Ayuntamiento de Zaragoza, Carmen Herrarte, que habló en la apertura del congreso en nombre de la ciudad aragonesa.
De esa forma, destacó el potencial del comercio local en la ciudad, que además de lo económico, “tiene también una labor muy importante de dotar a la ciudad de una identidad local” y ser un “motor de atracción del turismo”. Y extendió una invitación a los representantes de otras ciudades a asomarse a su modelo de planificación comercial para compartir ideas.
Por su parte, López también destacó que a los pocos meses de asumir como la primera mujer —y abiertamente homosexual— al mando de Bogotá, llegó la pandemia, lo que supuso que al plan de gobierno progresista que prometió tuvo que sumar uno adicional para enfrentar la crisis sanitaria y social que “ha costado 4,2 billones de pesos” (más de 918 millones de dólares).
Aunque apuntó que ese no fue el reto más grande de su Gobierno, en el que ha tenido que enfrentar “un tsunami de siete olas”.
“La primera ola —y la más fácil de enfrentar— fue la pandemia; la segunda fue la pobreza; la tercera fue el desempleo; la cuarta fue el estallido social; la quinta fue la violencia policial y la inseguridad; la sexta fue el estallido social del año pasado con un paro nacional de tres meses (…) y la séptima fue una campaña electoral nacional que fue muy intensa en su desarrollo”.
“Ha sido un enorme desafío”, aseguró la alcaldesa, quien, a pesar de todos los problemas no se arrepiente “ni un solo minuto”.
EL CONGRESO
El Congreso, en el que participan representantes de 38 ciudades de países, como España, México, Argentina, Perú, Venezuela y Cuba, incluye coloquios y talleres de trabajo que giran en torno a tres ejes.
El primero es el cuidado de las personas —con programas que garanticen el bienestar social, priorizando sobre todo a poblaciones en desventaja—, seguido por el cuidado del planeta —con actuaciones para un modelo socioeconómico sostenible—, y finalmente, el cuidado de la democracia, con la efectiva inclusión de toda la ciudadanía y el reconocimiento de la diversidad.
Este lunes, los asistentes visitaron varios proyectos de la Alcaldía de Bogotá como el Bronx, donde se enseñó la apuesta de renovación urbana de este barrio “conflictivo” en un “distrito creativo”. Además, López presentó el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que está en estudio —y en los tribunales— sobre el plan de ciudad para los próximos años.
Y hoy, la alcaldesa de Bogotá invitó a los participantes a visitar las “manzanas de cuidado”, una idea innovadora de la ciudad donde la planeación se encuadra en barrios en los que se concentran servicios de educación o salud con espacios públicos y de comercialización de emprendimientos de mujeres.
El miércoles, el congreso cerrará con la Asamblea General en la que se decidirá la ciudad que ejercerá la vicepresidencia y pasará a presidir la CIDEU en dos años, y la clausura oficial.