¿Que si la Luna posee algún poder en el ser humano? ¿Acaso no te cautiva al observarla cuando está llena? ¿Quién resiste una velada junto al mar a la luz de la Luna? La energía que tiene la Luna es incuestionable, aunque algunos estudios científicos refutan su influencia en el ser humano, basta con observar el caos en el tránsito terrestre o las hemorragias en las cirugías durante el plenilunio.
Bajo el lente de la astrología, la Luna es la madre, gira alrededor de la Tierra, cual matrona cuida a su hija. El signo lunar de cada uno de nosotros, que es el signo donde se encuentra la Luna cuando una persona nace, nos habla de la herencia de la madre y relación con la misma, la forma en que fluyen nuestras emociones.
En la agricultura es indudable que ejerce una influencia. El campesino la ha utilizado en la siembra y algunos estudios con el rigor científico han sido realizados en nuestro país bajo la dirección del ingeniero Federico Velázquez. No es un secreto que debido a los cambios en la atracción gravitatoria y las radiaciones que refleja, las distintas fases de este astro influyen en la altura de las mareas oceánicas, las temperaturas terrestres, el volumen de las precipitaciones, el número de tormentas eléctricas y en la probabilidad de que se formen huracanes. Además, la Luna influye en las migraciones de las aves, activa la reproducción de ciertas algas y permite las estaciones que determinan los ciclos de muchas especies.
En algún momento se comenzó a utilizar el término lunático para referirse a personas con ciertos desequilibrios cíclicos. La palabra viene del latín lunaticus y lo relacionan con las fases de la Luna. En el tiempo de los romanos habían notado que delitos, suicidios y conductas dementes eran más frecuentes durante el plenilunio. Sospechamos que se verificaba mejor, pues antes del gobierno de Julio César, todavía se usaba el calendario lunar.
Descubrimientos del doctor Arnold Lieber, médico psiquiatra de la Universidad de Miami y autor del libro El influjo de la Luna, defienden estadísticamente que durante el plenilunio aumentan la violencia humana y hechos delictivos. “Desde hace miles de años se ha percibido la influencia de la Luna en nuestras vidas, pero sólo ahora la razón científica ha sido capaz de profundizar en los aspectos básicos de esa influencia”, explica Lieber.
Distintas culturas adjudicaron a la Luna ciertos poderes, en la mitología de distintos países se observa que la relacionaron con dioses, en su mayoría de sexo femenino. Existen pocos cultos en los que la Luna es personificada desde el aspecto masculino. Para mencionar algunos, Sin, en la antigua Mesopotamia, el dios de la Luna, padre de todos los dioses, creador y protector de los pastores y encarnación de la sabiduría; y Selene, diosa lunar griega que significa Luz, representada por una bella mujer con medialuna en la cabeza y una antorcha en su mano.
En estos tiempos del saber, nos corresponde no creer nada, dudar todo, investigar y comprobar a través de la evidencia.
Ver también: La Luna tiene arrugas y se está achicando