“La confianza que el dirigente Pujols ha puesto en mí, ha sido la punta de lanza de todo lo que ha venido pasando conmigo este año’’, celebra un Sandber Pimentel que no puede estar más agradecido de lo que le ha sucedido en esta campaña.
El fornido bateador zurdo luego de haber durado nueve temporadas, ha encontrado su gran oportunidad de jugar y de crecer con los Leones.
El pelotero de 30 años dice que el nuevo dirigente de los Leones le ha ayudado a hacer mejores contactos con la pelota.
“Pujols trabaja conmigo todos los días”, asegura el jugador que puede accionar como inicialista y bateador designado y con once remolcadas es segundo en esa categoría en el equipo, detrás de Jean Segura (13).
Pero su énfasis está en la expresividad de su dirigente. “Pujols utiliza mucho la comunicación con sus jugadores, nos dice las cosas como son, trata de expresarnos las cosas como tú quieres que él la entienda, no es de esos que optan por imponer sus decisiones, él te dice lo que debes hacer como hombre de béisbol, esa ha sido la gran diferencia de él a los anteriores”, establece Pimentel que en 21 partidos ha tomado 45 turnos y producto de 11 hits batea .244 con tres dobles y dos cuadrangulares.
“Yo entiendo que siempre y cuando te den la oportunidad de desempeñar cualquier tipo de trabajo, debes aprovecharla. Quizás hay peloteros que no se toman esas decisiones de la mejor manera, pero no entienden que con un turno de bateador emergente, tú puedes definir un juego y hasta una carrera”, puntualiza Pimentel que también ha encontrado el balance entre jugar como titular y como emergente.
Entiende además que una de las cosas más necesarias en esta liga, es comprender que más allá de que un jugador siempre se prepara para accionar todos los días, los equipos son pocos y los peloteros de calidad son muchos.
“Pero aquí me han dado la confianza para yo poder jugar todos los días que era lo que yo anhelaba, es algo que le agradezco y le agradeceré a este Escogido toda mi vida”, valora Pimentel.
El palo por los 411
De los dos jonrones que ha pegado Pimentel este año (ambos contra el Licey en el mismo partido), uno fue por encima de los míticos 411 pies del jardín central del Estadio Quisqueya.
El cuadrangular fue ante los envíos de Miguel Díaz, viajó 425 pies de distancia y salió del bate de Pimentel a 111 millas por hora.
“Fue un buen contacto, fue un buen pitcheo, tenía las millas que te permite conectar un cuadrangular de esa magnitud. Soy un bateador de mucha fuerza, en los últimos años he mejorado la parte del contacto”, recuerda Pimentel con una sonrisa de orgullo por rememorar el tablazo.
Pimentel además cuenta que lo de haberla sacado por los 411 lo vino a asimilar ya cuando estaba en el dugout, y fue cuando se pudo sentir más contento.