En un contexto de creciente enfrentamiento con la prensa, el gobierno del ultraderechista Javier Milei estableció requisitos más severos para la acreditación de periodistas en la Casa de Gobierno argentina como la evaluación de su nivel profesional y el alcance del medio para el cual trabajan.
En una resolución publicada el viernes en el Boletín Oficial, el Ejecutivo también limitó el número de periodistas con acceso a la salas de prensa en la sede gubernamental para evitar aglomeraciones y «garantizar las condiciones de seguridad».
Según especificó, el medio solicitante de la acreditación para un periodista deberá presentar una declaración jurada con datos de su nivel de audiencia elaborados a partir de “fuentes verificables”. El profesional postulante también deberá firmar una declaración jurada comprometiéndose a “respetar las normas de convivencia y condiciones de permanencia» en la sede gubernamental.
El código de vestimenta para las conferencias será formal, dice el texto, con el fin de mantener el “decoro” y por la “trascendencia” que estos eventos tienen.
No especificó más detalles sobre el atuendo de los periodistas, que en la mayoría de los casos no llevan traje ni corbata en la Casa Rosada, sede del gobierno.
Periodismo argentino
Las medidas salieron a la luz en un contexto de creciente ofuscación de Milei con el periodismo argentino.
El mandatario rechaza las críticas a su gestión y el escrutinio ofensivo, según sostiene, de su vida privada, como el afecto que siente por sus perros.
Es frecuente que el libertario arremeta contra los periodistas tildándolos de corruptos y extorsionadores y con términos denigrantes, siguiendo el estilo del presidente estadounidense Donald Trump, el dirigente al que más admira.
Por otro lado, concede entrevistas a medios que le son afines y conversa durante horas en streamings con sus seguidores más cercanos.
La resolución oficial también establece que el periodista será evaluado según su producción específica sobre política, su participación previa en eventos oficiales y ”experiencia, formación e historial curricular”.
Después de 180 días de que la acreditación haya sido concedida, los medios deberán declarar nuevamente su índice de audiencia. Si esa información muestra que dejaron de tener alcance masivo, la acreditación podrá ser suspendida temporalmente.
Las medidas fueron anunciadas días atrás por el portavoz presidencial, Manuel Adorni, quien sostiene que el gobierno busca una “una sala de prensa de elite”.
El Sindicato de Prensa de Buenos Aires y otras agrupaciones que representan al sector ha arremetido contra las políticas comunicacionales del gobierno y denunciado que Milei pretende silenciar la información periodística profesional que es “vital para la vida democrática”.