Cada 30 de junio se celebra el Día Internacional de los Asteroides, una fecha impulsada por la ONU para concienciar sobre el riesgo real de que un objeto espacial impacte contra nuestro planeta. Lejos de ser ciencia ficción, los científicos llevan décadas trabajando en estrategias para evitar un posible desastre como el que devastó Tunguska, Siberia, en 1908.
A día de hoy, existen al menos cinco misiones reales diseñadas para detectar, desviar o mitigar los efectos de un asteroide peligroso. Algunas ya se han probado con éxito, otras están en desarrollo y todas tienen un objetivo común: proteger la Tierra.
¿Qué haríamos si un asteroide viniese contra la Tierra?
Cada vez que un asteroide pasa ‘cerca’ de la Tierra surge la duda de si podría impactar contra nuestro planeta, sin embargo, las posibilidades siempre suelen ser mínimas.
Aun así, los humanos debemos desarrollar tecnologías que sean eficientes y efectivas para hacer frente a la catástrofe que el choque de un asteroide contra nosotros podría suponer. También para mejorar nuestra capacidad para detectarlo con antelación. La Red de Observación de Objetos Cercanos a la Tierra (NEO) ha avanzado enormemente en las últimas décadas, pero todavía hay espacio para mejorar, especialmente en la identificación de cuerpos más pequeños que suelen pasar desapercibidos.
Diferentes organismos internacionales, entre ellos la NASA y la ESA, están desarrollando importantes misiones con el objetivo de defendernos de un destructor de la Tierra, pero que actualmente la humanidad no tiene un plan estable si un asteroide fuera a impactar contra nosotros.
- DART
La misión DART (Double Asteroid Redirection Test) de la NASA impactó hace más de dos años contra Dimorphos, un asteroide de 160 metros de diámetro, para comprobar si esta colisión podía desviar el rumbo de un cuerpo celeste en caso de amenaza para la Tierra. Las pruebas posteriores confirmaron que la roca espacial se deformó.
- HERA
HERA es una nave espacial de la ESA cuyo objetivo consiste en estudiar el impacto causado por DART. La sonda despegó el pasado mes de octubre y, cuando llegue a su destino en otoño de 2026, mapeará el cráter dejado por DART en Dimorphos, medirá su masa y analizará su estructura y superficie, lo que permitirá a los científicos validar los modelos de impacto y mejorar las técnicas de desviación de asteroides.
- OSIRIS-APEX
La NASA está preparando una misión para estudiar el asteroide Apophis de cerca. El objeto espacial de 300 metros de ancho llegará a su punto orbital más cercano a nuestro planeta el 13 de abril de 2029 y la agencia espacial estadounidense pretende aprovechar dicha oportunidad para enviar su nave OSIRIS y examinarlo. El acercamiento de OSIRSIS-APEX permitirá a los científicos investigar cómo interactúa con la gravedad de la Tierra y de qué manera podría influir en su órbita.
Inicialmente, la NASA no tenía pensado que OSIRIS-APEX se emplease para un encuentro con Apophis, pero, después de volar al asteroide Bennu para recolectar una muestra, los investigadores han decidido enviarlo.
- RAMSÉS
Europa también investigará Apophis en su momento cercano a la Tierra. El lanzamiento de la sonda Ramsés debe realizarse en abril de 2028 para que pueda llegar a Apophis en febrero de 2029, dos meses antes de la aproximación. Y una vez llegue a su destino, la sonda de la ESA acompañará al asteroide durante su ‘paso’ por nuestro planeta para observar cómo modifica su gravedad.
- CHINA
China también está planeando su primera misión para impactar contra un asteroide: una nave golpeará un cuerpo celeste rocoso mientras su compañera observa la roca espacial para aprender más sobre el sistema solar y su formación. El objetivo será el objeto cercano a la Tierra 2015 XF261, un asteroide de casi 30 metros de ancho.
Se espera que la misión se lance antes de 2030: la mejor oportunidad para una misión de este tipo parece llegar en abril de 2029, cuando el asteroide se acerque a 6,8 millones de kilómetros de la Tierra.
¿Hay motivos para alarmarse?
Vivimos en un vecindario cósmico dinámico, donde los asteroides y cometas son compañeros de viaje y nunca se puede descartar al 100% la posibilidad de un impacto devastador. Sería arriesgado hacerlo teniendo en cuenta que, según los datos disponibles, hay unos 1.437.669 asteroides solo en nuestro sistema solar. Y la cifra crece cada día.
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