El primer ministro francés, el centrista François Bayrou, enfrenta este martes una moción de censura que no tiene visos de prosperar, gracias a la extrema derecha, en un contexto de debilidad e impopularidad.
El gobierno del presidente centroderechista, Emmanuel Macron, carece de mayoría absoluta y la líder ultraderechista, Marine Le Pen, ya advirtió que podría dejarlo caer durante el trámite de los presupuestos a partir de octubre.
Los socialistas, en la oposición, presentaron la actual moción de censura, al considerar que Bayrou los «traicionó» al incumplir las promesas que les hizo en enero para conseguir adoptar los presupuestos de 2025.
Entonces, el primer ministro les prometió presentar ante el Parlamento el resultado de unas discusiones entre sindicatos y patronal para revisar la impopular reforma de las pensiones de 2023, que generó protestas masivas en Francia.
Estas discusiones se saldaron con un fracaso y los socialistas acusan a Bayrou de incumplir su promesa de someter un texto ante el Parlamento, que les permita debatir sobre el retraso de la edad de jubilación a 64 años, impuesta por decreto.
«No tienen el poder de hacer que este gobierno traicione el interés general (…) Ese deber, para mí y para nosotros, es más fuerte que todas las amenazas», se defendió este martes el primer ministro ante la Asamblea Nacional (cámara baja).
Falta de votos
Pese al apoyo del resto de partidos de izquierda, la moción de censura carece de los votos suficientes para prosperar. En diciembre, sí lograron tumbar al gobierno del conservador, Michel Barnier, gracias al apoyo de la extrema derecha.
«Censurar hoy no aporta nada», explicó este martes Le Pen, quien prometió que estarán vigilantes durante el trámite de los presupuestos para 2026. «Este gobierno no vivirá mucho tiempo», advirtió el sábado su delfín, Jordan Bardella.
Bayrou también se ve afectado por la división en su gobierno y por las acusaciones de inacción en un caso de agresiones sexuales y físicas en la escuela a la que asistían sus hijos cuando era ministro de Educación.
Un 80 % de los franceses se dicen descontentos con su primer ministro, el nivel de popularidad más bajo desde su llegada al cargo, según una encuesta de Ifop publicada el lunes.