A falta de cinco días para terminar la temporada regular, apenas siete peloteros promediarían por encima de la destacada marca de .300.
Por tercer año consecutivo en las Grandes Ligas menos de diez jugadores terminarían bateando sobre los .300 como promedio de bateo.
Aaron Judge, de los Yankees con .326 , es el que encabeza la lista en 2025, mientras que el campocorto dominicano Jeremy Peña es sexto, con average de .304.
Vladimir Guerrero Jr., es noveno en bateo en todo el béisbol, y podría sobrepasar la destacada marca, ya que está en .298.
Batear sobre .300 se ha convertido en una hazaña. El promedio de toda la MLB es .246, por lo que los 54 puntos de diferencia se han convertido es una brecha difícil de superar.
Dominio del pitcheo
La data de la industria respalda el dominio del pitcheo. De acuerdo con Baseball-Reference, el 22.1 % de los turnos en 2025 termina en un ponche. En 1979, ese porcentaje era de apenas 12.5%. Los hits sin salir del parque, en 2006 correspondían al 21.1% de los turnos.
Desde esa campaña, ese indicador ha ido ligeramente a la baja, y en 2025 está en 18.9 %. Coaches de bateo alrededor de la liga apuntan a que ahora los lanzadores tiran más duro, la pelota tiene más movimiento (spin rate). Y los datos así lo demuestran.
Además, los abridores salen más temprano de los partidos (un inning antes de lo que sucedía hace una década atrás) y luego vienen los relevistas, que tiran a una velocidad superior a las 95 mph y un grupo supera 100 mph.
Esa realidad hace que los bateadores vean al abridor contrario no más de dos veces, para después medirse a los que vienen del bullpen.
También la tecnología ha jugado un papel en favor de los pitchers.
Avances tecnológicos
Desde las oficinas de los gerentes de las franquicias, pasando por los coaches de pitcheo hasta las mismas academias donde se forman los prospectos, nuevos equipos tecnológicos son protagonistas de varios aspectos del juego, en favor de los lanzadores.
Desde que en 2015 se introdujo la tecnología Trackman se ha encargado de arrojar información valiosa para evaluar a los lanzadores.
Las revoluciones por minuto a las que rota la pelota, el ángulo y dirección del pitcheo, entre otros son medidos por radares como “Trackman”, “Trackman Portable B1” y “Rapsodo”, que entregan una data que es usada hoy para sacar de balance a los bateadores.
Hoy se puede conocer la efectividad de los lanzamientos, hacia cualquier lugar que rompan y trabajar estrategias.
Jonrones y menos contacto
Debido a que los peloteros están más enfocados en bateo de poder, el contacto o el promedio han ido descendiendo.
Una tendencia que arrancó en 1992, que logró un pico entre final del siglo pasado y principio del actual hasta descender cuando la liga introdujo el programa de dopaje (2005) para volver a despegar en 2014.
De regreso a 1968
La crisis de bateo de promedio que se vive, también sucedió en 1968, cuando apenas seis bateadores superaron los .300. En la Liga Nacional, el cetro de bateo lo ganó Pete Rose (.335), secundado por los hermanos dominicanos Mateo Alou (.331) y Felipe Alou (.317).
En la Americana, Carl Yastrzemski fue el líder con .301, marca que hasta ahora sigue siendo la menor con la que se ha podido ganar un cetro.