José Antonio Glass presuntamente aplicó conductas de acercamiento y manipulación conocidas como grooming para ganarse la confianza de Yostín, un niño de 10 años con una condición especial, antes de raptarlo, abusarlo sexualmente y asesinarlo.
Testigos señalan que el sospechoso habría planificado cuidadosamente su rutina para engañar al menor, mostrando un patrón de preparación deliberada que culminó en tragedia.
“Él hizo una rutina a su favor. Duró par de días estudiándolo”, relató un pariente cercano, con profundo dolor mientras esperaba los restos del niño a las afueras del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).
Según los familiares, el menor amaba el deporte y, en una de las ocasiones, Glass le habría ofrecido llevarlo a una cancha para jugar con su pelota, sin que nadie imaginara el desenlace fatal.
Los testimonios de los vecinos sobre la última vez que vieron a Yostín quedaron respaldados por cámaras de seguridad. En ellas se observa al niño aferrado a su pelota, vestido con un pantalón rojo y caminando al lado de José Antonio Glass.
Eran las mismas ropas que llevaba cuando la Policía encontró su cuerpo en una zona boscosa del sector Los Pinos, en Sabana Perdida, Santo Domingo Norte.
Glass fue la última persona vista con el menor. Había cumplido una condena de 15 años por abuso sexual contra un niño en 2009 y, pese a las insistentes preguntas, se negaba a revelar el paradero del pequeño. Finalmente, tras ser interrogado, condujo a los agentes hasta el lugar donde estaba el cadáver.
Su agresor será presentado en las próximas horas ante la Fiscalía de Atención Permanente de Santo Domingo Este para el conocimiento de medidas de coerción.
El rapto
La tarde del sábado 27 de septiembre, la madre del menor, Mayelin Peralta, preparaba la cena y un jugo que había comprado dos horas antes, cuando recibió la noticia de que un hombre se había llevado a su hijo, con quien vivía en el barrio Puerto Rico de Los Mina, en Santo Domingo Este.
Al principio pensó que el niño estaba jugando con sus amigos, pero al enterarse de lo ocurrido dejó la cena y salió a alertar a los vecinos, que iniciaron la búsqueda. Uno de ellos vio al pequeño con un helado en la mano, acompañado por un hombre que lo llevaba supuestamente a una cancha, y creyó que era un pariente.
Más tarde se confirmó que se trataba de José Antonio Glass, señalado por la Policía como un supuesto pedófilo que había cumplido 15 años de prisión por abusar sexualmente de un menor en 2009.
Cerca de las 9:00 de la noche, casi tres horas después del rapto, y tras supuestamente consumar el crimen, Glass regresó al sector y se acercó a la esquina próxima a la vivienda como si nada hubiera ocurrido. Para su desgracia, alguien lo reconoció como la persona que llevaba al niño horas antes.
Consultado sobre el paradero del menor, se negaba a responder. La búsqueda continuó y a la 1:00 de la tarde del domingo, la Policía halló el cuerpo de Yostín en una zona boscosa del sector Los Pinos de Sabana Perdida, en Santo Domingo Norte.
El informe de la Subdirección de Investigaciones Criminales (Dicrim) reveló que el menor presentaba traumas en el cuello, mientras que el análisis del médico legista señalaba que había sido abusado sexualmente.