El potente terremoto de magnitud 6.9 ocurrido en el centro de Filipinas causó al menos 26 muertos, un centenar de heridos y el desplome de varios edificios, informaron las autoridades el miércoles en medio de las labores de rescate.
El sismo, de poca profundidad, se produjo a las 21H59 locales (13H59 GMT) del martes frente a la costa norte de la isla de Cebú, cerca de Bogo, una ciudad de 90,000 habitantes, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El gubernamental Consejo Nacional de Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres reportó la mañana del miércoles 26 muertos y 147 heridos, además de 22 edificios dañados por el terremoto, sin dar más detalles.
Nueve adultos y cuatro niños fallecieron en Bogo, incluidos tres cuyas casas quedaron sepultadas por deslizamientos de tierra, habían informado previamente los equipos de rescate a la AFP.
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Fallecidos
La policía confirmó otras cinco muertes en el municipio cercano de San Remigio, además de una en Tabuelan.
Cuatro cadáveres fueron rescatados de un centro deportivo en San Remigio, entre ellos los de tres miembros de la guardia costera que estaban jugando un torneo local de baloncesto cuando se derrumbó el techo, informaron rescatistas a AFP.
Un niño murió aplastado por los escombros en otra zona de San Remigio, añadieron.
El gobierno provincial de Cebú pidió en su página oficial de Facebook que voluntarios médicos ayuden en las tareas de socorro tras el terremoto.
«Podría haber personas atrapadas bajo los edificios derrumbados«, dijo a la AFP el responsable provincial de rescate, Wilson Ramos, citando los trabajos en curso en San Remigio y Bogo. Dijo desconocer cuántas personas están desaparecidas.
Las labores de rescate durante la noche se vieron dificultadas por la oscuridad y las 379 réplicas reportadas por el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología, añadió.
- Varias carreteras de la localidad también sufrieron daños y hubo cortes en el suministro eléctrico en Cebú y las islas centrales cercanas, aunque se restableció en varias zonas importantes poco después de la medianoche.
«Sentimos el temblor en la estación, fue muy fuerte. Vimos nuestro casillero moviéndose de un lado a otro. Nos mareamos un poco, pero todos estamos bien», dijo Joey Leeguid, un bombero de San Fernando.
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«Estado de shock»
Martham Pacilan, un joven de 25 años residente en la localidad turística de Bantayan, también cerca del epicentro, dijo que se encontraba en la plaza del pueblo, cerca de una iglesia que resultó dañada por el terremoto.
«Oí un fuerte estruendo procedente de la iglesia y luego vi cómo caían piedras. Por suerte, nadie resultó herido», aseguró a la AFP. «Estaba en estado de shock y pánico al mismo tiempo, pero mi cuerpo no se podía mover, solo estaba allí esperando a que el temblor pasara».
El gobierno provincial de Cebú informó que un edificio comercial y una escuela en Bantayan colapsaron por el sismo, mientras que un restaurante de comida rápida en Bogo sufrió graves daños.
En una transmisión en directo en Facebook, la gobernadora de la provincia, Pamela Baricuatro, instó a los residentes a «mantener la calma y desplazarse a zonas abiertas, alejarse de muros o estructuras que puedan derrumbarse y permanecer alerta ante posibles réplicas«.
Los terremotos son frecuentes en Filipinas, situada en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona de intensa actividad sísmica que se extiende desde Japón hasta el sudeste asiático y atraviesa la cuenca del océano homónimo.