Este artículo fue publicado originalmente en El Día.
Santo Domingo.- Tras la publicación en el Periódico El Día del reportaje “Una misma aula, dos realidades”, Darwin Caraballo, exdirector de Acción Empresarial por la Educación (EDUCA), reaccionó con un análisis desde la economía de la educación que suma nuevos matices al debate sobre la desigualdad salarial entre maestros públicos y privados.
Caraballo reconoce que el reportaje visibiliza una asimetría estructural entre ambos sectores, pero advierte que la raíz del problema está asociada exclusivamente a fallas del mercado ni a la ausencia de regulación estatal directa sobre precios o tarifas.
Desde su perspectiva, intervenir en los costos de los colegios privados podría generar efectos contraproducentes para el funcionamiento y la sostenibilidad del sistema educativo no público.
La visión del exdirector de EDUCA coincide en un punto clave señalado por las fuentes consultadas para este reportaje: las estructuras de financiamiento entre el sector público y el privado son distintas, y esa diferencia explica, en gran medida, la brecha salarial documentada a través de testimonios y datos oficiales.
No obstante, el análisis de Caraballo introduce un matiz relevante. Mientras el reportaje subraya que la falta de regulación deja a miles de maestros privados sin derechos básicos ni estabilidad, Caraballo plantea que el debate debe concentrarse en soluciones estructurales, como productividad docente, estándares laborales mínimos y mayor transparencia en las condiciones de contratación.
Caraballo suigere: “Mejorar la productividad docente es indispensable para elevar salarios de manera sostenible. Esto implica inversión en formación continua, desarrollo profesional, evaluación objetiva y métricas claras de desempeño. Asimismo, el país necesita establecer un marco de estándares laborales mínimos que garantice dignidad, formalidad y seguridad social para los docentes de los centros educativos privados, sin recurrir a controles artificiales de tarifas”.
Agrega que la conversación sobre la brecha salarial debe avanzar hacia una visión integral de carrera docente, donde el país aspire a una sola profesión con estándares y oportunidades claras, independientemente del sector donde cada maestro decida ejercer.
Lo que, a su juicio, requerirá diálogo, cooperación público-privada y una comprensión seria de la economía de la educación.
Una realidad
Ambas perspectivas convergen en la necesidad de que el país avance hacia un modelo que dignifique la carrera docente, independientemente del tipo de escuela.
Divergen, en cambio, en el alcance y la naturaleza del rol estatal: mientras la investigación periodística recoge urgencias expresadas por economistas, docentes y sociedad civil sobre la necesidad de intervención pública para garantizar criterios mínimos, Caraballo advierte sobre los riesgos de trasladar el debate a controles de precios o tarifas.
El aporte del académico amplía la conversación y subraya la complejidad del tema. En cualquier caso, los datos recogidos en el terreno y la opinión especializada apuntan a un consenso: la brecha salarial existe, se sostiene en desigualdades estructurales y requiere políticas públicas integrales que no excluyan a los docentes del sector privado de las garantías laborales básicas.
La publicación Una desigualdad compleja: Exdirector de EDUCA matiza el debate sobre la brecha salarial docente apareció primero en El Día.


