El presidente Luis Abinader informó en LA Semanal que esta semana arribará al país el secretario del Departamento de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, en el marco de la agenda conjunta de seguridad y combate al narcotráfico entre ambas naciones.
El anuncio se produjo al reiterarse que la cooperación bilateral se encuentra en uno de sus puntos más altos, impulsada —según las autoridades— por la necesidad de responder a un escenario regional cada vez más complejo. La visita de Hegseth, dijeron, busca dar continuidad a las coordinaciones operativas que se vienen ejecutando en los últimos años.
¿Cuál es el propósito de la visita de Pete Hegseth?
“Más adelante ofreceremos más detalles, pero esta semana Peter Hegseth visitará la República Dominicana para seguir afinando la cooperación, fruto de la confianza construida por el trabajo que hemos realizado juntos en los últimos años”, adelantaron fuentes oficiales.
¿Cómo se fortalece la cooperación entre República Dominicana y Estados Unidos?
La llegada del secretario de Guerra se produce días después de que el presidente Luis Abinader anunciara que la República Dominicana y la Administración para el Control de Drogas (DEA) pondrán en marcha acciones “mucho más extensas y profundas” contra el narcotráfico, cuyo plan integral será presentado próximamente.
Aunque no se ofrecieron fechas exactas ni actividades de la agenda, el Gobierno dejó entrever que el encuentro incluirá la revisión de operaciones conjuntas, intercambio de inteligencia y posibles nuevas fases de la estrategia regional contra las redes criminales transnacionales.
La visita de Hegseth ocurre en medio de crecientes presiones de Estados Unidos para frenar el tráfico de drogas y armas en el Caribe, y consolida a República Dominicana como uno de los principales socios estratégicos de Washington en la región. Según las autoridades, más detalles sobre la agenda oficial se darán a conocer en las próximas horas.
Asimismo, Estados Unidos ha incrementado la presión sobre Venezuela.
La combinación de advertencias aéreas, acumulación de activos militares estadounidenses y suspensión masiva de vuelos internacionales hacia Caracas ha colocado la crisis entre Washington y el gobierno de Nicolás Maduro en su punto de mayor tensión en años.
Aunque no existe confirmación oficial de un ataque inminente, los movimientos recientes dibujan un escenario de preparación operativa que preocupa a gobiernos del Caribe y América Latina.
El punto de inflexión llegó con la advertencia emitida por la Federal Aviation Administration (FAA), que pidió a pilotos y aerolíneas extremar precauciones al sobrevolar el espacio aéreo venezolano, aludiendo a un «entorno de seguridad deteriorado» y «actividad militar intensificada».
La alerta —válida por 90 días— provocó un efecto inmediato: TAP, LATAM, Avianca, Iberia, Gol, Caribbean Airlines y Turkish Airlines suspendieron rutas, reduciendo drásticamente la conectividad del país. Para analistas de aviación, un movimiento así no suele producirse sin un riesgo operacional real.


