“Plátano maduro no vuelve a verde”, fue un merengue que por los `80 popularizó “El Barón” Nelson Cordero que aplicable a la vida es el efecto dialéctico que produce el cambio del ser humano y un caso digno de análisis es la del lanzador Carlos Martínez, bautizado en sus años de glorias como “El Tsunami”. Las primeras señales de ese cambio es el “washap” que recibimos de nuestras rodillas.

El nativo de Puerto Plata en su carrera de 9 años en el Gran Circo con los Cardenales de San Luis, su registro de por vida fue de 62 victorias, 52 derrotas y efectividad de 3.74. En esa período tuvo una cosecha de tres estaciones seguidas de dígitos dobles en victorias: 2015, 14-7; 2016, 16-9; 2017, 12-11.

En las últimas cuatro campañas del 2018 al 2021 sus palmarés dejaron mucho que desear con un saldo de 16-20, donde perdió el puesto de abridor en la rotación.

Finalizada la Serie Mundial del 2021, llegó la noticia de que los Cardenales no ejecutarían la opción que tenían con Martínez que era de US$17 millones con una compra de 500 mil dólares. El derecho ya tiene 30 años y viene de una temporada mala donde fijó línea de 4-9, 6,23 de efectividad, en 16 aperturas trabajó 82.1 entradas, con 57 ponches y un alto WHIP de 1,37, el más alto de la media de su carrera.

Sin embargo, el Tsunami Martínez lo han firmado los Gigantes de San Francisco con un contrato de ligas menores con una invitación a los entrenamientos de primavera.

Martínez ganará US$2.5 millones integra el roster de 40 del equipo de Grandes Ligas con la capacidad de ganar US$1.5 millones adicionales en incentivos.

Martínez fue una gran decepción en su última estación con los Cardenales, en julio del 2021 sufrió la rotura de ligamentos en el pulgar derecho que puso fin a la temporada.

Esperamos que desde su primera salida en la Liga del Cactus, en el Scottsdale Stadium esa “depresión tropical” de hoy, vaya tomando la fuerza  de un ciclón categoría cinco.