Ocho alimentos que nos hacen envejecer más rápido (y por cuáles podemos sustituirlos)

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Prevenir o retrasar el envejecimiento de la piel es algo que genera mucho interés y mueve montañas de dinero: las predicciones apuntan a que el mercado de productos cosméticos y del cuidado de la piel estará valorado en 863 mil millones de dólares en 2024. Son muchos los factores que hacen que nuestra piel tenga un aspecto ajado con el tiempo: la exposición al sol, la predisposición genética, el consumo de alcohol y tabaco, la contaminación, y también la alimentación. Algunos son evitables y contra otros nos podemos proteger, pero con respecto a la comida cabe preguntarse si de la misma forma que hay alimentos que nos hacen envejecer más rápido puede haber otros que lo eviten.

1. El sirope de agave 

Se vende como una alternativa con bajo índice glucémico al azúcar refinado. La premisa es atractiva: procede de una planta. Pero la realidad es que el agave contiene fructosa de forma concentrada (casi 90%) y carece de otros nutrientes como la fibra, proteínas, minerales y vitaminas. En nuestro organismo, este tipo de azúcar puede unirse a los aminoácidos presentes en el colágeno y la elastina que soportan y dan elasticidad a la dermis y generar productos finales de glicación avanzada (AGE, por sus siglas en inglés), que causan estrés oxidativo e inflamación en el cuerpo, según un estudio de la escuela de Medicina del Hospital Mount Sinai (EE UU).

El sustituto: los dátiles. Si eres de los que le añade un buen chorro de agave al bizcocho por eso de que es más sano prueba a evitarlo sustituyéndolo por trozos de esta fruta. «Los dátiles son las frutas deshidratadas con mayor concentración en polifenoles [compuestos bioactivos que protegen a las células del proceso de oxidación]», concluye un estudio publicado en el Journal of the American College of Nutrition. Cada vez hay más literatura científica que arroja evidencia a favor de los beneficios preventivos y terapéuticos de los polifenoles y su uso en tratamientos para los principales factores de riesgo asociados al envejecimiento.

 

2. Las tortitas de arroz

Se ha encumbrado como el snack saludable. Su popularidad es tal que actualmente se comercializa en múltiples variedades y con recetas variadas: con un glaseado de yogur, con chocolate con leche, con distintas especias, etcétera. Lejos de ser beneficioso, este tipo de preparados tiene un alto índice glucémico y puede causar picos en los niveles de azúcar en sangre. De hecho, como explicó a BUENAVIDA Josefina Vicario, de Clínicas Vicario, «consumidas sin mesura, pueden asociarse al aumento de peso».

El sustituto: las zanahorias. Una buena alternativa puede ser «los alimentos ricos en carotenoides, presentes en muchas hortalizas de color rojo como los tomates o las zanahorias», asegura la dermatóloga, integrante de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), Lorea Bagazgoitia. Estos pigmentos naturales tienen un fuerte poder antioxidante y además «reducen el riesgo de quemaduras solares [otro factor de envejecimiento prematuro], aunque nunca sustituyen a la fotoprotección», añade la experta.

3. La mantequilla o la margarina

Desde la Harvard Medical School alertan de que hay que evitar ambos alimentos o tomarlos con moderación ya que son ricos en grasas saturadas. Incluso las que se venden como bajas en este tipo de grasas.  En 2015, la revista Photochemistry and Photobiology se hizo eco de un llamativo estudio en el que se evaluaron la influencia de las grasas trans, el daño oxidativo y la función mitocondrial en la piel de ratas expuestas a radiación ultravioleta (UVR). Los resultados mostraron que las grasas hidrogenadas (como las que contienen la margarina y la mantequilla) se correlacionan positivamente con el grosor de la piel y las arrugas.

El sustituto: el aguacate. «La oxidación progresiva de nuestro organismo, provocada por los radicales libres, es la causante del envejecimiento de nuestros tejidos y de la aparición de muchas enfermedades crónicas. Una alimentación adecuada, rica en antioxidantes, puede ayudarnos a mantenernos sanos y con un aspecto más joven durante más tiempo», explica la Izaskun Astoreca Naverán, especialista en medicina estética y nutrición en la Clínica Biolaser. La vitamina E es un antioxidante que se encuentra en alimentos como el aguacate o el aceite de oliva.

4. Las bebidas azucaradas

A estas alturas todos sabemos que las bebidas azucaradas son malas para la salud. Incluso las  edulcoradas están en entredicho, como contamos en BUENAVIDA. Y el problema no solo está en el azúcar, las altas concentraciones de cafeína pueden afectar a la calidad del sueño, algo que se «asocia con un aumento de los signos de envejecimiento intrínseco, una función disminuida de la barrera cutánea y una menor satisfacción con la apariencia», concluye un estudio del Cleveland Medical Center, en EE.UU.

El sustituto: el agua. ¿Cuándo dejó de ser popular la esencia de nuestra existencia? Si te produce profundo sopor beber agua sola, prueba añadir rodajas de limón, que, aunque no esté demostrado que adelgace, aporta un toque de sabor.

5. Las patatas fritas 

Ni artesanas, ni ecológicas, ni hechas en casa. Las patatas fritas también aportan productos finales de glicación avanzada (AGE), aunque «el principal motivo para evitar el consumo de patatas fritas no es tanto la acumulación de estos compuestos como el hecho en sí de comer patatas fritas ya que tienen una baja calidad nutricional y una alta aportación energética«, afirma Ursúa. Este tipo de alimentos está relacionado con el exceso de formación de radicales libres que acortan la vida y envejecen prematuramente la piel.

El sustituto: la batata. Este alimento es rico en vitamina C, que ayuda a retrasar la aparición de arrugas, según una investigación publicada en The American Journal of Clinical Nutrition. Aunque tampoco vale hincharse, Ursúa recuerda que «de nada vale que cambiemos las patatas fritas por boniatos para evitar los AGE’s si luego estamos todo el día en el sofá».

6. Las carnes procesadas

La Organización Mundial de la Salud ha sido clara: las carnes procesadas no son buenas para la salud. Entre otras cosas, contienen aditivos relacionados con la inflamación y que también pueden dañar el colágeno de la piel (lo que acentúa arrugas y marcas de expresión). También debemos mirar su preparación: «No hay que abusar de tostadas, fritos, ni de alimentos preparados a la brasa«, asegura Ursúa, quien aclara que las cocciones a altas temperaturas o quemar los alimentos puede producir compuestos —como la acrilamida— que son dañinos para la salud.

El sustituto: el tofu. Ursúa recomienda como alternativa «una alimentación basada en productos vegetales». Bagazgoitia coincide y aconseja el consumo de «frutas y verduras ricas en antioxidantes». Y si lo que queremos son proteínas, también hay opciones: «Las legumbres también aportan este nutriente», afirma Naverán. Otra opción puede ser el tofu, que —según estudios— tiene propiedades antiinflamatorias. Y si lo vegetariano no es lo tuyo, los expertos recomiendan el pollo o el pavo. Aunque, ojo, que no todo lo que venden bajo este nombre es una opción saludable, como ya contamos en BUENAVIDA.

7. Las chocolatinas

Las barritas de chocolate contienen cacao altamente procesado que ha perdido la mayoría de sus componentes beneficiosos para la salud, como los flavonoides (antioxidantes naturales). Por si fuera poco, contienen grasas hidrogenadas, harinas de baja calidad (cuando hay galleta de por medio) y azúcares añadidos. Un cóctel explosivo.

El sustituto: el cacao puro. O casi. Es la única forma de disfrutar de este manjar de forma saludable. Como hemos contado en BUENAVIDA, la tableta tiene que tener al menos un 70% de cacao para conservar realmente todos sus nutrientes.

8. La sal

El condimento estrella, con el que tenemos una relación demasiado apasionada (los españoles consumimos el doble de la cantidad recomendada, que son 5 gramos diarios), podría ser el causante de lesiones cutáneas producidas por la dermatitis atópica, según apunta una investigación alemana publicada en Science. Las conclusiones demostraron que el cloruro de sodio podría promover las respuestas alérgicas de la piel como es el caso de la dermatitis. Además, alertan desde la Harvard Medical School, este elemento también deshidrata y hace que nuestra piel esté más seca.

El sustituto: el orégano y otras hierbas. La solución a la adicción a lo salado pasa por un inevitable cambio de chip. Los expertos recomiendan sustituir paulatinamente la sal por condimentos o especias que realcen el sabor de tus comidas: «Entre los que usamos de forma habitual para cocinar hay algunos muy ricos en flavonoides como el orégano o el tomillo», concluye Astoreca Naverán.

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