El cigüeñal forma parte de las piezas más importantes de un motor de combustión interna, y se encarga de recibir el movimiento rectilíneo del pistón, a través de la biela, para transformarlo en movimiento circular.
Dicho movimiento pasa a la caja de velocidades (o caja de cambios), donde se produce el par motor (o torque), que es la fuerza necesaria para que las ruedas del auto funcionen de manera óptima.
En pocas palabras, la importancia del cigüeñal radica en que, si el movimiento del pistón no se transforma en circular y no llega a la caja de velocidades, las ruedas no funcionarán.
La fabricación del cigüeñal depende, principalmente, de la velocidad y potencia del motor (entre otros factores), y de la magnitud que requiere para soportar el esfuerzo de transformación.
Por lo tanto, esta pieza debe ser resistente y estar bien forjada para soportar el esfuerzo, tener un límite bajo de fricción para evitar un rápido desgaste, un alto nivel de amortiguamiento y límite de fatiga para controlar el efecto de vibración en el auto.
Cuando el cigüeñal presenta fallas, es porque el funcionamiento es atropellado por sobrecarga mecánica o por vibraciones excesivas de torsión.
También puede frustrarse por fallas en otras piezas o suplementos básicos del motor, como: mal uso del cojinete o falta de aceite.