A propósito de cumplirse el próximo domingo 30 de junio 110 años del nacimiento de Juan Bosch, Euclides Gutiérrez Félix,miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana, dijo que es de obligación para todos los peledeístas tener presente como faro y guía permanente la conducta de “el gran maestro político de República Dominicana y América”, fundamentalmente como hombre público.
Gutiérrez Félix, quien fuera asistente personal del profesor Juan Bosch y miembro fundador del PLD, apuntó que Bosch concibió, fundó, organizó y dirigió al PLD para defender, frontalmente, valientemente, los sagrados intereses de la nación dominicana, proclamada como República el 27 de febrero de 1844 como un Estado político.
“Síntesis desde su génesis como nación, que había dado hasta aquel momento un extraordinario ejemplo de valor decisión y firmeza”, agregó el historiador y político dominicano en su columna Crónica del Presente publicada en El Nacional y Vanguardia del Pueblo Digital, referida por la Secretaría de Comunicaciones del PLD.
Subrayó que conmemorarán el 110 aniversario del nacimiento del gran maestro político del pueblo dominicano y América: “Por la permanente conducta de servicio a su país y otros pueblos del mundo, y el genio de su obra literaria y política, está ubicado, sin temor a decirlo, sin importar las mezquindades, con el respeto a las nobles figuras de la enseñanza que se han señalado, en el lugar inmediatamente después del gran maestro antillano, conciencia inolvidable de un dramático momento de los pueblos caribeños: Eugenio María de Hostos, Bosch, Salomé Ureña, Ercilia Pepín y Pedro Henríquez Ureña”.
Gutiérrez Félix indicó que en reconocimiento a sus méritos como ciudadano de América y del mundo, Juan Bosch fue condecorado por los gobiernos de otros pueblos, y dentro de esas condecoraciones se destacan “La Orden Simón Bolívar de Venezuela”, Las José Martí y Félix Valera de Cuba y “La Legión de Honor de Francia”; 54 obras, muchas de ellas traducidas a diferentes idiomas, convirtieron a Bosch en la primera figura intelectual dominicana de todos los tiempos.
Recordó las palabras que pronunció el día de su partida final en el local del Partido de la Liberación Dominicana: “Su conducta como patriota, escritor, líder y maestro lo convierten en un símbolo, una bandera de la dignidad nacional y ejemplo que debe ser seguido por las generaciones presentes y futuras de su patria y otras naciones”.
Agregó que “murió siendo el presidente moral y eterno de República Dominicana; y ese 1 de noviembre del 2001, entró definitivamente en la proceridad y la gloria”.
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