El miedo al abandono en pareja

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El miedo al abandono en pareja es una causa común de angustia y desasosiego en un importante groso de la población. De hecho, es una emoción que salpica a numerosas parejas, que esconde un constructo psicológico cada vez más relevante y presente en el establecimiento y mantenimiento de relaciones de pareja: la dependencia emocional.

¿Qué es la dependencia emocional?

La necesidad de relaciones sociales y vinculación con los otros es consustancial al ser humano. Satisfacerla de forma saludable es de vital importancia para la consecución de una identidad fuerte, capaz de confiar en los demás y con tendencia a un autoconcepto adecuado; sin angustias sobre un hipotético rechazo o abandono (Bornstein, Geiselman, Eisenhart, y Languirand, 2002).

No obstante, cuando esta necesidad es desorbitada y absoluta, las relaciones pierden su condición de sanas y adquieren un carácter negativo para el posterior establecimiento de una pareja. Esa necesidad exagerada de vinculación es la que suscita el miedo al abandono por parte de la pareja, un miedo incontrolable a causa de un alejamiento que se ve siempre como inminente.

Autores como Urbiola y colaboradores (2017) definen a las personas con dependencia emocional así:

  • Con tendencia a experimentar ansiedad y angustia.
  • Muy preponderantes ante una ruptura de pareja.
  • Con deseos de control sobre los demás, especialmente sobre la pareja.
  • Un vacío interior que no alcanzan a llenar con ninguna otra persona.
  • Malestar e intransigencia a la soledad.
  • Priorización de la pareja sobre cualquier otra cosa.
  • Idealización de las personas de las que depende.
  • Con la constante necesidad de agradar a los demás.
  • Muy baja autoestima.
Hombre con dependencia emocional y miedo al abandono en pareja
La necesidad exagerada de vinculación es la que suscita el miedo al abandono por parte de la pareja.

¿Qué supone tener miedo al abandono en la pareja?

El miedo al abandono es el cimiento sobre el que se erige la dependencia emocional y todas las expresiones conductuales que se llevan a cabo en consecuencia. Ese miedo es tan intenso y tan atroz que torna la relación de pareja en algo dificultoso para ambas partes. La persona con excesivo y preponderante miedo al abandono lleva a cabo conductas asfixiantes para cerciorarse de que no lo abandonarán.

Mirar el móvil y pedir “te quieros”

Algunas de estas conductas son de comprobación y de control de lo que ocurre a su alrededor —son personas que no toleran bien la ambivalencia—. Esto puede llevar a la persona dependiente a asfixiar a su pareja con esas conductas de comprobación, que pueden ir desde revisar sus redes sociales o sus mensajes en el móvil, preguntar a la pareja con quien habla a cada instante o necesitar una respuesta a los mensajes inmediata.

A su vez, suelen ser personas que entienden que la no aparición de un “te quiero” es sinónimo de no querer. Por ello, están todo el rato comprobando que los sentimientos de sus parejas no han cambiado. Preguntan si se les quiere, si siguen gustando, si son aburridos, si su pareja busca otra cosa, si se les quiere de nuevo etcétera. La respuesta afirmativa a estas preguntas no evita que vuelvan a ser planteadas.

Nunca solo (ni para que salgas a cenar)

En la misma línea, y en consecuencia del pavor que les supone ser abandonados, las personas con miedo al abandono en pareja o con dependencia emocional nunca quieren estar solos o sentirse solos. Evitan cualquier situación donde puedan sentir ese abandono, y por ello son personas restrictivas.

No hay que olvidar, que como se ha mencionado anteriormente, suelen tener un autoconcepto muy negativo de sí mismos y muy baja autoestima. Ven la amenaza del abandono en cada situación, en cada persona, en cada momento.

Deseos de exclusividad

La baja autoestima no les permite ser intransigentes y violentos en sus peticiones, puesto que no quieren perder a su pareja. Por ello, no suelen ser personas que impongan, pero sí inestables emocionalmente. Esto significa que si su pareja sale con sus amigos o se va de vacaciones con ellos, seguramente no lo prohíba.

No obstante, llamará a su pareja diez veces al día con un estado de ánimo hundido y las semanas previas experimentará graves sentimientos de angustia y ansiedad ante el miedo al abandono, la ruptura o la soledad. Esto puede llevar a que la pareja de la persona dependiente no haga más esos planes por las consecuencias emocionales que pueden acaecerle al otro.

El deterioro de la relación como resultado del miedo al abandono

Sobra decir que, con todos los componentes conductuales, cognitivos y emocionales que surgen a raíz del miedo al abandono en pareja, esta no suele salir muy bien parada. Suele darse un claro deterioro de la pareja o una relación tóxica, desajustada y desequilibrada. Vivir con una persona con dependencia emocional significa muchas veces tener que pagar un peaje que nunca cesa y que cada vez se vuelve más caro.

No solo puede provocar que la pareja agote su paciencia o se someta a las exigencias de la persona dependiente. Aunque vivir bajo ese yugo es sin duda algo que no viene bien a la relación, muchas veces sus ganas de agradar y de satisfacer a su pareja provocan que la pareja asuma una serie de comportamientos.

La pareja está acostumbrada a que la persona dependiente le anteponga a todo. Entonces, si los cimientos de la relación se han construido desde la dependencia emocional, es muy difícil que la pareja no espere ser antepuesto. Por ello, acaba participando de la dependencia emocional de su pareja, y el miedo al abandono se vuelve patológico en uno y provechoso en otro.

El deterioro de la relación como resultado del miedo al abandono
Una de las consecuencias del miedo al abandono es el deterioro de la relación de pareja.

El problema real de la dependencia emocional: la violencia de género

Según el Instituto Andaluz de Sexología y Psicología, en España las personas dependientes se sitúan en el 49 % de todas aquellas entrevistadas. En su versión más clínicamente significativa, el 8 por ciento. La mayoría de los individuos de este grupo eran mujeres.

Lo especialmente inquietante de este cuadro es que presenta una incidencia en personas jóvenes de 16 a 31 años del 24 %. Además, el 74 % son mujeres y el 25 % hombres. Estos datos sugieren que, sin duda, se trata de una problemática eminente en la población joven. Por eso, resulta fundamental el desarrollo de programas dirigidos a jóvenes para la promoción de la salud mental.

Lo anteriormente mencionado es relevante porque autores como Amor y Echeburúa (2010) encuentran la dependencia emocional a la pareja como una característica de tipo emocional en las mujeres que sufren violencia machista.

Es una problemática que se presenta de forma usual en grandes diarios informativos, sobre todo relacionada con la violencia en relaciones interpersonales y el maltrato, denunciando la realidad de un 25 % de chicas entre 16 y 19 años: ellas ya han sido y se han sentido controladas por parte de sus parejas.

Otros aseguran que el aumento de los casos de dependencia emocional en los jóvenes se desarrolla a pasos agigantados, en grados sumamente preocupantes. Aunque existen campañas y programas de intervención para trabajar con población emocionalmente dependiente, apenas se han elaborado planes de prevención previas a su aparición.

Planes de prevención para la dependencia emocional

La revisión de la literatura sugiere una serie de factores de riesgo y características de las personas con dependencia emocional que pueden prevenirse, entrenarse y mejorarse desde una edad muy temprana, como respuesta a esta epidemia en las personas jóvenes durante sus primeros establecimientos de pareja. Algunos de esos factores son:

  • Habilidades sociales escasas y falta de asertividad.
  • Rígidas creencias sobre el amor romántico.
  • Locus de control externo.
  • Baja autoestima.

En el caso de la violencia de género, si se cultivan factores como la asertividad, las habilidades sociales o la fuerza emocional y autoestima alta, será mucho menos probable que una adolescente se torne dependiente emocional de su pareja o establezca relaciones de pareja con un igual dependiente emocionalmente.

Los planes de prevención se postulan como armas para no aceptar las conductas de aquellos con miedo al abandono y dependencia emocional; así como para no ser dependiente emocional de nadie.

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