Enlazada a las emociones

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Tener una alimentación adecuada puede conllevar ciertos esfuerzos que no todos los jóvenes están dispuestos a llevar, sin tomar en cuenta que la salud y el buen funcionamiento del organismo dependen de cómo se alimente cada persona durante la vida.

Debido a la mala alimentación que muchos jóvenes tienen hoy en día, existen los de-sórdenes alimenticios.

Estos trastornos pueden ser causados por aspectos emocionales, afirma la nutrióloga clínica y obesóloga dietista Martha Núñez.

Un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que una dieta saludable ayuda a proteger a las personas de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, entre ellas la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.

Sentimientos

Según Núñez, las emociones influyen de manera directa en la forma de alimentación de las personas.

Sostiene que normalmente las personas por felicidad o tristeza, entre otras emociones, se inclinan a la comida y es por esto que aumentan mucho de peso.

Generalmente las personas no saben expresar lo que sienten por miedo a ser juzgadas, entonces esta supresión de emociones puede llevar a comer en cantidades extremas o, por el contrario, a dejar de comer. Desórdenes alimenticios

Enfermedades como la bulimia y anorexia son desórdenes alimentarios producidos por suprimir emociones.

Muchas personas prefieren no comer porque se sienten gordas o no les agrada algo de su físico. Otras, en cambio, comen en grandes cantidades y al sentir culpa se provocan el vómito.

Estas prácticas tienen más recurrencia entre mujeres; sin embargo, según expresa Núñez, también afectan a hombres.

Es el caso de Lowis Peña, joven que hace dos años terminó una relación amorosa y que, a consecuencia de ello, encontró refugio en la comida. Esta se convirtió en su “mejor amiga” y el joven llegó al punto de no sentirse bien cuando se miraba al espejo.

La obesóloga dietista afirma que los jóvenes están viviendo en automático y no reflexionan sobre lo que comen y por qué.

Esta rapidez genera ansiedad y es por esto que Joanny Fernández, estudiante de término en la universidad, ha experimentado cambios en su peso y alimentación en los últimos meses.

Joanny manifiesta que ha incrementado su ingesta de comida y descuidado en ciertos aspectos su alimentación debido a los afanes del día a día.

Sepa más
No juzgar.
La nutrióloga clínica Martha Núñez recomienda dialogar con una persona de confianza que no juzgue la situación, puesto que al sentirse juzgado, el afectado puede cerrarse más.

Ayuda psicológica.
Se recomienda ir donde un psicólogo, porque los desórdenes alimenticios se desarrollan, en su mayoría, por causas emocionales.

Recomendaciones.
Vivir en automático y no conocerse son factores que se convierten poco a poco en los empujes para ser dependientes de la comida.

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