VILLA RIVA.- En medio de llanto, pesar y con un acto de despedida en el Liceo Técnico Profesional Juan Pablo Duarte, dieron ayer el último adiós al profesor Francisco Castro Mejía, quien fue sepultado en el cementerio municipal de Villa Riva.
Cientos de personas acudieron al sepelio del educador en Ciencias Sociales, cariñosamente conocido como Papito.
Los familiares, maestros y estudiantes demandan se investigue a profundidad la muerte, de quien definieron como un líder.
Castro Mejia fue encontrado muerto con un disparo en la cabeza, la mañana del martes, en el interior de su vivienda, ubicada en la comunidad Chiringo de la referida localidad.
Los villarivenses han puesto en duda la versión del suicidio, por lo que demandan experticias más profundas al respecto.
¿Suicidio u homicidio?
A Castro Mejía le robaron su motor y el dinero que había sacado del banco, según versiones locales.
Esas versiones dan cuenta de que fue hallado muerto con la pistola homicida a su lado y sin el motor ni el dinero, por lo que se presume que no se trató de un suicidio como se informó en principio.
También se supo que lo habían estafado en el banco donde tenía su cuenta, por lo que decidió sacar sus ahorros.
El educador tenía dos pistolas, una de las cuales no aparece todavía, y la otra -la homicida- estaba arropada. No tenía esposa y vivía con su madre en la comunidad de Chiringo.
El día trágico, su madre lo encontró muerto y ensangrentado en su habitación, y dio la voz de alarma.
Castro Mejía impartía docencia en el Liceo Técnico Profesional Juan Pablo Duarte de Villa Riva, donde recibió el último adiós. Poco después, fue sepultado en el cementerio municipal. (El Nuevo Diario)