Escrito por Alba Hernández
Muchas personas consideran que la comida del avión tiene un diferente a la que comen en un restaurante o en casa, esto es cierto y tiene una explicación según la ciencia.
La comida que sirven en el avión puede percibirse con poco sabor, pero la razón no estaría en los alimentos, sino en la altura.
De acuerdo a Atlantic, en el aire se reduce el sentido del gusto, lo que hace que las comidas sean menos placenteras que aquellas que se disfrutan en tierra. La comida que servía en los años cincuenta tenía más sabor porque los aviones no volaban tan alto, además de que estaba más elaborada.
“Los aviones de hoy, que alcanzan altitudes de 35,000 pies o más, están presurizados… Esto te ayuda a mantenerte respirando a esas grandes altitudes, pero también adormece tus papilas gustativas, lo que hace que la comida tenga un sabor más suave”, publica Atlantic.
Otro factor que influye en la textura y cómo percibimos el sabor de los alimentos es la humedad. La humedad en la cabina suele ser inferior a la humedad que hay en los hogares, lo que puede resecar la nariz y debilitar el sentido del olfato.
El sentido del olfato también es importante para disfrutar del sabor de los alimentos. Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) explican que cuando no podemos oler, los alimentos tienden a parecernos desabridos y con poco o ningún sabor.
Además, el aire de la cabina se recicla aproximadamente cada dos o tres minutos, más el acondicionado, puede secar y enfriar los alimentos muy rápidamente aunque estos estén bien preparados. Por ello es que suele recurrirse a las salsas.
Un estudio realizado por investigadores del Instituto Fraunhofer en Alemania también encontró que los sabores amargos y umami son los que sobreviven mejor a baja presión. Entre los alimentos con sabor umami se encuentra la salsa de tomate, los champiñones y el queso.
Los alimentos que se consumen a baja presión necesitan estímulos más fuertes, como especias y condimentos. Lo mismo sucede en el espacio, los alimentos picantes o bien condimentados son los favoritos de los astronautas, puesto que en gravedad cero, las personas también suelen perder un poco del gusto y el olfato.